La elegancia, como cualquier otra virtud del ser humana, siempre ha suscitado un gran debate por el hecho de si es innata o puede lograrse gracias a la práctica y al entrenamiento. Nosotros pensamos que no hay que irse nunca a los extremos, y que seguramente haya un término medio, en el que entendamos que la elegancia innata existe, pero también debe potenciarse a lo largo de la vida. Personas que han nacido predestinadas a tener esa elegancia, por su belleza y su comportamiento natural, deben p...
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