Los altos precios de las hipotecas a la hora de comprar una casa, los alquileres también por las nubes ante la gran demanda de ellos y la poca oferta que existen, los trabajos precarios, especialmente entre los jóvenes…
La situación que se vive en nuestro país es muy complicada y hacer casi imposible la misión de independizarse, algo que todos tenían en mente con veintipocos. Ahora son muchísimos los que siguen en casa de sus padres a los treinta, por no poder encontrar una salida a su situación.
Una de las más comunes es vivir en un piso compartido con otras personas, ya sean amigos o desconocidos que acabarán convirtiéndose en compañeros de piso. El pago del alquiler es mucho menor y las tareas también se reparten (o así debería ser) para que la experiencia de independizarse sea menos traumática. Eso sí, además de las ventajas, lo de compartir piso también tiene sus peros y problemas.
La convivencia no es siempre fácil, especialmente con personas que no conoces, y hay que saber llevarla de la mejor manera posible. Por eso aquí te ofrecemos 10 consejos y mandamiento para una buena convivencia en un piso compartido.
Las 10 claves para compartir piso sin morir en el intento
Si nunca antes has tenido que convivir con personas a las que no conocías (algo común a la hora de compartir piso),
te enfrentarás a un reto que puede llegar a ser estresante al principio, pero que seguramente mejorará con el tiempo, siempre que sigas estos diez consejos básicos que te harán llevar mucho mejor la convivencia. Sirven también para cuando vas con amigos o incluso con tu pareja, porque las bases de la convivencia son las mismas, al fin y al cabo.
Comunicación
No es solo la base de la convivencia, sino de cualquier relación humana. Comunicarnos con otras personas, expresar a veces incluso sentimientos, no es sencillo porque vivimos en una sociedad en la que parece que eso es “cursi”. Sin embargo,
la comunicación es la mejor forma de evitar o solucionar cualquier problema que surja. Todos hemos conocido (e incluso soportado) a ese compañero que siempre va a su bola y se encierra en su cuarto casi sin hablar con nadie. Aunque puede ser una alternativa con ciertas personas,
lo mejor es llevar una comunicación fluida con todos los compañeros para que las cosas vayan como la seda.
No atrasarse con las cuotas
Esto es de Perogrullo, pero
muchas veces puede ser una fuente de auténtico conflicto, puesto que es lo único que de verdad deben hacer todos juntos. Si hay que pagar el alquiler, la luz, el agua o la línea de Internet, lo mejor es no atrasarnos con esos pagos.
Si pasa una vez tampoco es grave, pero por supuesto, no podemos convertirlo en algo común, porque acabaremos provocando una discusión grave. Si es nuestro compañero el que se retrasa, debemos ser compresivos con su situación, pero también firmes.
Crear un calendario de limpieza para la casa
Para poder llevar las tareas del hogar de la mejor forma posible, lo mejor es crear un calendario en el que cada tarea vaya asignada a cada persona (a ser posible, rotándolas) ya que la limpieza suele ser la principal fuente de conflictos en la convivencia. Debemos conocer bien a nuestros compañeros y
llegar a acuerdos sobre la necesidad de limpiar cada cuarto cada cierto tiempo. Es como un contrato que todos deben cumplir, de manera equitativa, porque además esto favorece el pensamiento de que la casa es de todos, y todos deben cuidarla y mantenerla siempre limpia.
Respetar los horarios de sueño
El sueño es algo que cada cual lleva a su manera. Hay gente, sobre todo en su juventud, que puede dormir solo dos o tres horas y luego estar en planta tal cual, con toda la vitalidad del mundo, y otras personas que necesitan mucho más sueño para poder resistir el día a día.
Lo normal es que después de las doce, por ejemplo, no se haga mucho ruido en casa, y que si hay hora de la siesta, esta se respete todo lo posible. Si montamos fiestas, al menos comunicarlo a los demás (invitándoles, qué menos), para que sepan que habrá jaleo esa noche.
Respetar el espacio de cada cual
Normalmente, en un piso compartido cada persona tiene su propia habitación donde duerme y tiene sus cosas. Lo habitual es que él mismo se encargue de limpiar dicha habitación y que la mantenga cerrada al resto, siempre que no diga lo contrario.
Hay que saber respetar ese espacio y las pertenencias de cada compañero, pidiéndole siempre permiso si vamos a utilizar cualquier cosa suya o si vamos a entrar a su habitación para coger algo.
En un piso compartido, tener un poco de intimidad es crucial.
Llegar a un acuerdo con la comida
Este suele ser otro de los puntos más controvertidos en la convivencia, puesto que se pueden dar muchísimas situaciones diferentes. A veces hay compañeros que casi no comen en casa, y en otras ocasiones unos cenan y otros almuerzan. Tener la nevera llena con la compra para todos puede ser una buena solución, pero hay ocasiones en las que no es la manera más justa ni equitativa.
Si optáis por traer cada cual su propia comida y etiquetarla, también debéis respetar lo que es de cada uno o pedir permiso a vuestros compañeros si vais a coger algo de lo suyo.
Ser capaz de adaptarte a los demás
Vivir en un piso compartido requiere un esfuerzo de adaptación, sobre todo al principio, porque es un cambio bastante grande al que nos enfrentamos en un momento que suele ser muy importante para nosotros como es la juventud y el paso a la edad adulta. S
er capaz de adaptarnos a las manías de nuestros compañeros, siempre que no sean un gran problema, será indispensable para poder disfrutar de una convivencia adecuada, de la misma forma que ellos seguramente también tendrá que acostumbrarse a tus rarezas.
Mascotas en casa
Si alguno de los inquilinos tiene una mascota, hemos de entender que será el encargado de mantenerla. Seguramente le cojas tú también cariño y le alimentos o lo saques a pasear de vez en cuando, pero su dueño es el eque tiene la responsabilidad de hacer todo eso de una manera regular.
Si habéis decidido adoptar a un perro o un gato entre todos, la responsabilidad será entonces compartida. Debéis tener en cuenta también las posibles alergias a estos animales o incluso el gasto que supondrá tenerlo, así como el hecho de que se permitan en vuestro bloque.
Avisar con tiempo para las visitas
¿Quién no ha querido tener piso propio para poder decirle a sus colegas que se queden allí a dormir? ¿Quién no ha deseado poder tener su propio espacio para cuando surge esa ocasión especial con una chica y no tener que llevarla a casa de sus padres?
Las visitas, en caso de estar previstas, deben ser anunciadas con antelación para que nuestros compañeros no se lleven una sorpresa al salir en ropa interior por la mañana.
En caso de ser imprevistas… bueno, siempre nos quedará avisar por whatsapp.
El baño es sagrado
En la mayoría de pisos hay que compartir el cuarto de baño, y esto también puede ser un problema en caso de que no seamos demasiado cuidadosos a la hora de ducharnos, recoger la ropa, etc…
No estaría de más colocar algunas normas sobre el uso del cuarto de baño (como limpiar la ducha al terminar cada uno, tirar siempre de la cisterna, etc…). Esto ayudará a que la convivencia sea mucho más llevadera en un tema tan peliagudo como este, porque una cosa es convivir con otras personas y otra muy diferente hacerlo con sus funciones corporales.
Encontrando el piso y los compañeros perfectos
La convivencia no es sencilla, pero
encontrar el piso perfecto, que además tenga a los compañeros perfectos, seguramente sea una misión casi imposible. Debemos ser conscientes de ello y asimilar que si el piso es una maravilla, tal vez tengamos que adaptarnos mejor a nuestros compañeros.
Y si no lo conseguimos, siempre podemos seguir buscando. En Internet se cuelgan cada día nuevos anuncios de alquileres de pisos, en plataformas específicas para ello o también en portales de anuncios clasificados, donde podrás encontrar un montón de ofertas interesantes.
En estos portales, gracias a los filtros que traen, puedes hacer un rastreo muy intensivo a toda la oferta de alquiler de tu ciudad según la zona, el precio, las características de la casa. Eso sí, normalmente tendrás que entrevistarte con los inquilinos antes de entrar. Si hay feeling lo tienes más fácil. Si eres tú el encargado de entrevistar a los nuevos compañeros, trata de ser amable y encontrar a esa persona que pueda encajar bien en la convivencia de la casa.
A estas alturas, compartir piso es seguramente la única solución que muchos ven a la situación de nuestro país para independizarse, así que si no te queda otra, sigue nuestros consejos y todo irá bien.