La elegancia, como cualquier otra virtud del ser humana, siempre ha suscitado un gran debate por el hecho de si es innata o puede lograrse gracias a la práctica y al entrenamiento. Nosotros pensamos que no hay que irse nunca a los extremos, y que seguramente haya un término medio, en el que entendamos que la elegancia innata existe, pero también debe potenciarse a lo largo de la vida.
Personas que han nacido predestinadas a tener esa elegancia, por su belleza y su comportamiento natural, deben potenciarla a lo largo de su vida, y aquellos que de forma natural carecen de ella pueden conseguirla a través del armario, el peinado y el refinamiento de sus maneras.
La elegancia se demuestra día a día, en cada paso y en cada momento, pero
es cierto que hay determinados acontecimientos que suponen un clímax para este tipo de comportamientos. Lugares y eventos en los que todos acuden lo más elegantes posibles, como
una boda, una recepción oficial o una fiesta importante. Y es en estos lugares en los que
las personas verdaderamente elegantes sobresalen de entre las demás, por mil motivos diferentes. Si quieres ser una de ellas, no tienes más que seguir leyendo este artículo.
La elegancia como muestra de nuestra categoría
No nos referimos a nuestra clase social o al dinero que tengamos, aunque esto también se puede reflejar muy fácilmente en ciertos detalles elegantes que mostremos. Vamos más bien encaminados a
considerar la elegancia como una cualidad que demuestra que somos personas confiables, que saben comportarse en cada sitio, que saben llamar la atención pero no juegan a ello todo el tiempo, que saben potenciar lo bueno que tienen y ofrecen siempre una imagen impecable. Todo eso nos otorga categoría, una virtud muy complicada de conseguir y que puede abrirnos muchas puertas.
La elegancia puede considerarse también como una consecuencia directa de nuestro buen gusto, y eso también es algo muy valorable. Por supuesto, supone también la demostración de que sabemos cuidarnos, de que no dejamos de lado nuestra imagen, porque seamos sinceros,
en un mundo tan superficial como el nuestro, las primeras impresiones cuentan muchísimo, y es evidente que la elegancia nos ayudará a ofrecer una magnífica primera impresión a todo aquel que nos conozca en una fiesta en la que luzcamos nuestras mejores galas.
Conceptos clave para ser las invitadas más elegantes
La elegancia es una cualidad tanto de hombres como de mujeres, aunque
nosotros hemos querido centrarnos en estas últimas, que son seguramente las que más tiempo necesiten para alcanzar ese punto de elegancia, porque también se les exige más. Los hombres, con un traje bonito y un peinado poco estrafalario ya cumplen, pero las señoritas deben ir con un vestido espectacular, un gran peinado, etc… A continuación
repasamos las claves necesarias para convertirnos en las invitadas más elegantes de una fiesta o evento, todo lo que debemos tener en cuenta para triunfar con nuestro look.
El maquillaje
La función del maquillaje no es llamar la atención, sino realzar nuestros puntos fuertes y ocultar, en caso de haberlos, los posibles puntos débiles. Un maquillaje excesivo podría ser contraproducente en algunas celebraciones, por eso nos cuidaremos de buscar siempre el punto medio, para resaltar nuestros ojos, y nuestras sonrisa, por ejemplo, pero no ir mucho más allá, utilizando colores demasiado atrevidos.
Podemos tratar de maquilarnos nosotras mismas, pero es mejor dejarlo en manos de una buena profesional, de alguien que tenga experiencia en esto y pueda hacer un trabajo verdaderamente bueno con nosotros, perfecto para cada ocasión y para cada look, porque el maquillaje puede cambiar según el vestido y el peinado.
El peinado
Es otro de los detalles que más llamarán la atención en un evento, especialmente si se trata de una boda.
Podemos acudir con tocado, si es de día, echando mano a la gran cantidad de pamelas que existen y eligiendo la que mejor se adapte a nuestro look, o
también crear un peinado mucho más elaborado del que solemos utilizar normalmente, con trenzas, recogidos, etc… El pelo suelo y planchado siempre es una magnífica opción, pero darle algo de volumen o de rizos también puede ser una alternativa perfecta para conseguir un efecto mucho más llamativo.
El vestido
Es sin duda el detalle definitivo, lo que nos hará destacar o fallar,
lo que nos dotará de una mayor elegancia o nos hará restar puntos en este sentido. Una decisión acertada puede convertirnos en la estrella de la velada, pero una desacertada nos puede dejar fuera de todas las quinielas. P
ara asegurarnos de acertar, mejor estar al corriente de los colores que se llevan, de las creaciones que están de moda. Sacaremos provecho a nuestro cuerpo si tenemos una figura bonita, y siempre que sea una fiesta elegante y entre amigos, no tendremos miedo con los escotes. Seremos más atrevidas en este sentido, porque es donde más podemos destacar.
Lo principal de todo es sentirnos cómodas con el vestido, seguras y por supuesto, muy guapas, para poder transmitir toda esa confianza y elegancia.
Los zapatos
Puede llegar a ser una decisión tan complicada como la del propio vestido, porque todos estarán atentos también al calzado que llevemos, especialmente las otras chicas.
Los tacones son indispensables, pero buscaremos un punto intermedio entre lucir unos taconazos imposibles y encontrar un calzado con el que no sintamos dolores a los diez minutos de estar de pie. El color debe combinar con el del traje, por supuesto. Para verano, las sandalias abiertas pueden dar un toque de elegancia. En invierno, mejor siempre con zapatos algo menos llamativos.
En caso de ser una boda, buscaremos también un tipo de zapatos para la parte del baile con el que podamos movernos con mayor facilidad y no acabar con los pies desechos.
Los complementos
Existen
multitud de elementos que podemos llevar para complementar nuestro look, desde un tocado en la cabeza a los indispensables
pendientes, pasando por pulseras, collares, brazaletes y por supuesto, el bolso. Este último debe combinar con el color del vestido (aunque una opción plateada o negra siempre es un acierto) y no ser demasiado grande, simplemente un pequeño bolso de mano.
Además de ello, las joyas que llevemos no deben ser demasiado ostentosas ni llamativas, simplemente, como el maquillaje, deben tener la función de realzar nuestra belleza y denotar nuestra elegancia y buen gusto a la hora de elegirlas.
Consejos para demostrar nuestro saber estar en cada evento
La elegancia, como ya hemos comentado anteriormente, no tiene que ver solo con nuestro vestido o nuestro peinado, sino también con nosotros mismos.
Para destacar entre tantos invitados ilustres debemos saber comportarnos en un lugar elegante, conocer el protocolo de este tipo de eventos para no meter la pata, y seguir a rajatabla algunos consejos, como por ejemplo, no beber en exceso (por lo que pueda pasar),
participar coloquialmente en las conversaciones pero evitar temas que puedan ser hirientes para otros invitados…
A veces, para destacar nuestra elegancia, elegimos vestidos que son algo complicados de llevar, por ser muy largos o demasiado aparatosos. Sin embargo, la elegancia significa ser capaces de llevar esos vestidos como si fuéramos verdaderas princesas y
demostrar que no hay ningún look que nos quede demasiado grande. La elegancia se demuestra en cada momento, no solo en la entrada o recepción, sino también en la comida, e incluso
durante el baile posterior, donde podemos dejarnos llevar un poco más pero sin soltarnos el pelo del todo.
Cada paso, cada gesto y cada movimiento nos hará crear esa sensación auténtica de elegancia que buscamos. Estar perfecta en cada momento no es fácil, pero tampoco se nos exige esa perfección. Simplemente saber
comportarnos como es debido y demostrar que la elegancia también es una consecuencia de la educación que tenemos y que sabemos transmitir en cada momento.
Dejarlo todo en manos de profesionales, la mejor opción
Cuando nos preparamos para un evento importante de este tipo,
siempre solemos dejar lo más importante, nuestro look, en manos de auténticos profesionales que sepan peinarnos y maquillarnos como princesas, y también que puedan asesorarnos en nuestro vestido y complementos.
Podemos encontrar a expertos en asesoría de imagen en Internet, incluso en portales de anuncios clasificados, donde suelen haber muchos profesionales de este tipo,
desde personal shoppers hasta peluqueras y maquilladoras que pueden hacer su trabajo en tu propio hogar, para ahorrar tiempo y que desde allí ya puedas salir directamente para la ceremonia o evento.
En estos portales encontraremos anuncios de profesionales de todo tipo y para todos los bolsillos, porque la elegancia, muy al contrario de lo que muchos piensan, no tiene que estar determinada a la fuerza por nuestro dinero.
Es mucho mejor saber aprovechar lo que tenemos para gastarlo en aquello que más nos hará resaltar y sobre todo, tener la actitud correcta, el saber estar y la educación que nos harán brillar más que el mejor de los vestidos o las joyas más caras. Así es como lograremos convertirnos en las invitadas más elegantes de cualquier evento.