El ser humano es bastante curioso en la forma en la que afronta la realidad. En la época actual, rodeados de anuncios y publicidad por todos lados, en carreteras, periódicos, Internet, medios de comunicación y hasta por la calle, cualquiera de nosotros puede comprobar que
está viviendo en una eterna burbuja en la que todos le mandan a comprar, le piden que gaste su dinero en tal o cual artículo porque lo “necesita”, cuando en realidad ni siquiera sabía de su existencia hasta minutos antes. La publicidad puede ser muy agresiva, pero mientras venga de otros, no es problema.
Eso sí,
si su formato es el ver o escuchar a una persona hablándonos sobre las ventajas y bondades de un determinado objeto o servicio, con la clara intención de vendérnoslo, parece que una especie de barrera se levanta en nuestra mente y no queremos ni escuchar a esa persona. Da igual que nos esté vendiendo un elixir de inmortalidad que realmente funcione. Parece que
la única forma en la que los seres humanos detestamos que nos convenzan para comprar algo es si lo hace otro ser humano de viva voz y dándonos razones, más o menos eficaces. Será por eso que el telemarketing es hoy por hoy uno de los trabajos más demandados.
La dura vida del vendedor por teléfono
Basta con echar un vistazo en las ofertas de trabajo de los portales más importantes, ya sean plataformas dedicadas al empleo o también en páginas donde se venden cualquier tipo de artículos y servicios en anuncios clasificados.
Podemos acudir a cualquiera de ellas y encontraremos, sin mucha dificultad, que casi un 40% del total de ofertas de empleo tienen que ver con vender algún producto, lo que conoceríamos comúnmente como ser comercial.
Existen muchas formas de ser comercial, desde ir a la casa de cualquier familia, “a puerta fría”, con resultados poco eficaces en la mayoría de los casos, hasta también
los operadores de televenta, que desde una centralita, se encargan de llamar a números de teléfono al azar o escogidos en grandes bases de datos, para ofrecer las bondades de los servicios de sus empresas. Es este, el de
comercial de telemarketing, seguramente el puesto más ofertado hoy en día en nuestro país. Y eso es algo que llama la atención, porque parece que siempre hay oferta de este trabajo, incluso superando la oferta.
Un trabajo muy ofertado pero poco demandado
El telemarketing se ha convertido en uno de los pocos trabajos que siempre están en los anuncios de ofertas, siendo su necesidad tan grande que no son capaces de cubrir toda la demanda. Esto se puede explicar por muchas razones, pero
nosotros hemos querido escoger algunas de las principales que convierten al telemarketing en una especie de trabajo mal visto, tanto por los propios comerciales como por los usuarios que tienen que recibir esas llamadas, en muchas ocasiones, a horas intempestivas y molestas.
Es un trabajo poco valorado
Estás vendiendo un producto, de la misma forma que lo hacen los famosos en la televisión o en esa valla publicitaria gigantesca que viste esta mañana en la carretera. Sin embargo,
la mayoría de las personas a las que llamas ni siquiera se molestan en escucharte. Desde el primer momento parecen pensar que quieres engañarles o venderles algo que realmente no es muy útil. Por eso
el trabajo de telemarketing está tan poco valorado, e incluso mal visto en algunos sectores, siendo simplemente el último clavo ardiendo al que se agarran muchos en tiempos de crisis como el que hemos vivido en estos años.
Vendedores que no creen en su producto
El telemarketing parece uno de esos trabajos en los que muy pocos tienen verdadera vocación. Hay gente que sabe vender muy bien cualquier producto, tiene un don, y son los que pueden ganarse perfectamente la vida con ello.
La mayoría, sin embargo, son trabajadores que llegan de otros sectores y prueban suerte con este, limitándose a tratar de llegar al mínimo mensual de ventas para cumplir con su trabajo. En muchos casos ni siquiera creen en el producto que venden, pero como la empresa les paga, tienen que intentar venderlo de la mejor manera. Eso, sin embargo, es algo muy complicado.
Reticencias por parte de los compradores
Como ya hemos expuesto al principio,
recibir una llamada de un operador de televenta no suele ser el principio de ningún sueño para ningún usuario normal y corriente. En ocasiones, estas llamadas llegan en momentos inoportunos o a horas muy poco razonables, por lo que el enfado del posible comprador es aun mayor.
Esa reticencia a dejar hablar al operador de telemarketing hace que muchos cuelguen directamente, o incluso que se desahoguen con esa persona que solo está realizando su trabajo. Hace falta ser paciente y tener mucha mano izquierda para trabajar en este sector.
¿Qué necesita el operador de telemarketing perfecto?
Si estamos decididos a intentar entrar en el mundo del telemarketing
debemos saber de antelación que aunque la oferta es enorme, también es cierto que no escogen a cualquiera, o al menos no en las empresas que de verdad ofrecen buenos puestos. No querremos ser unos operadores cualquiera y solo probar suerte, sino dedicarnos a ello,
aprender a vender un producto y convertirnos en buenos vendedores, para lo cual necesitamos determinadas características imprescindibles.
Preparación a partir de cursos online
Existen miles de cursos disponibles en Internet sobre telemarketing para aprender no solo el manejo de las herramientas imprescindibles, que muchas veces son programas muy similares a los que utilizamos en el día a día, sino también para
conocer las técnicas de persuasión, para saber cómo ganarnos la confianza de la persona que está al otro lado del teléfono y evitar así que nos cuelgue a las primeras de cambio. Estos cursos son un buen inicio para todos aquellos que no tengan ningún tipo de formación, ya que
serán imprescindibles a la hora de atrevernos a dar el paso y presentarnos como candidatos a estos puestos.
Seguridad en sí mismo y en el producto
A veces es complicado sentir auténtica pasión por lo que estás vendiendo, aunque si es así, te costará mucho menos estar seguro del producto, por supuesto.
Sea lo mejor del mundo o algo no tan necesario, desde el momento en el que coges el teléfono debes venderlo como algo imprescindible para la otra persona, y tenerlo tan claro que no dejes lugar a dudas, derribando la reticencia del cliente a base de entusiasmo.
La seguridad en uno mismo es una cualidad común a los grandes comerciales, así que trabaja también esa parte.
Durante la llamada
seguro que tendrás que repetir siempre las mismas fórmulas, porque se trata al fin y al cabo de vender un producto a distintos compradores, siendo el producto el mismo para todos. Sin embargo, podemos organizar la información de manera que parezca mucho más atractiva.
Tendremos siempre por delante un guion con todo lo imprescindible para decirle al cliente y trataremos de parecer coloquiales, como si lo estuviéramos improvisando. Si notan que lo estamos leyendo, las barreras volverán a crecer. A veces son las propias empresas las que imponen un guión determinado, pero es mejor que cada operador tenga su propia manera de vender.
Mantener siempre la calma
Muchos usuarios no tendrán reparos en
coger a los operados de telemarketing como cabezas de turco para soltar con ellos todo su cabreo y su ira. A veces las llamadas de este tipo molestan mucho, y es natural que el cliente se cabree un poco, pero el buen operador de telemarketing siempre sabe mantener la calma y reconducir la situación. Si esta se desmadra y el cliente no hace más que salirse por la tangente e insultarnos,
debemos mantener siempre la calma y ser muy correctos, aguantando lo que nos echen, y sabiendo que esa frustración no es con nosotros.
Dónde encontrar ofertas de telemarketing
Existen hoy en día multitud de sitios en Internet donde podremos encontrar un montón de anuncios de este tipo, porque son los más abundantes hoy por hoy en el mercado laboral. Si nos sentimos cómodos en este trabajo, hemos conseguido cierta experiencia y sabemos cómo engatusar a los clientes,
ser comercial de telemarketing puede ser una salida muy beneficiosa para la crisis. Y es que podemos ganar mucho dinero si de verdad somos buenos vendedores, pero hay que esforzarse, por supuesto.
La mayoría de anuncios ofertando estos empleos se encuentran en
plataformas de búsqueda en las que podemos dejar nuestro currículum y acceder a estas ofertas, que no suelen ser demasiado específicas. Otra opción muy factible es visitar constantemente
los principales sitios de anuncios clasificados, donde también cuentan con una sección de ofertas de empleo, en la que podremos encontrar multitud de ofertas de este tipo. Debemos asegurarnos de que la empresa que nos contrata es seria y sobre todo, de que el contrato que nos ofrecen es justo, porque en muchas ocasiones el pago por nuestro trabajo será tan mísero que ni siquiera valdrá la pena aceptar.