El ser humano tal vez no sea superficial por naturaleza, pero lo que está claro es que
esta sociedad nos inculca, desde que somos unos críos, algunos cánones de belleza que sirven no solo para las personas, sino para cualquier tipo de objeto, incluso para el arte, y que nos hacen sentir que estamos ante algo hermoso, cuidado, interesante, arriesgado… nada más verlo.
Se puede transmitir muchísimo con una sola imagen, y eso es lo que aprovecha el diseño gráfico para representar las ideas que quiere, sobre todo cuando se trata de un producto que debe venderse.
La imagen corporativa de una empresa es normalmente una de las más importantes impresiones que podemos llevarnos de ella, ya que sirve como presentación, y debe transmitirnos algo. Eso significa no solo estar pendientes del logo, sino de los colores corporativos, de crear una armonía en toda presentación que se haga, desde la página web hasta el catálogo de productos en venta, en caso de tenerlo.
La imagen corporativa es esencial para conseguir captar la atención de los clientes y transmitirles aquello que queremos que sientan y piensen con respecto a nuestro negocio. Y no hablamos de empresas multinacionales, sino también de pequeños negocios familiares.
No se trata del tamaño, sino del objetivo
La imagen corporativa no es, como muchos piensan, una estrategia llevada a cabo por las empresas que ya cuentan con cierta popularidad y que aspiran a seguir creciendo con una buena base ya sólida de compradores. No se trata solo de crear una buena imagen a empresas que ya sean grandes, sino de empezar a ser grande precisamente a través de este tipo de detalles.
Nuestro objetivo es lograr más público, más ventas, y la imagen corporativa nos ayudará muchísimo a conseguirlo, al ser una herramienta que, si se utiliza correctamente, puede llegar a ser más que efectiva entre nuestro público objetivo.
La imagen corporativa la crean, en última instancia, los propios usuarios, ya sean clientes o no, porque al fin y al cabo se refiere a la opinión que estos tienen sobre nuestro negocio. Sin embargo, nosotros podemos inducir esa imagen corporativa a través de diferentes medios.
En la actualidad, Internet se ha convertido en un hervidero de opiniones y aunque es mucho más fácil conseguir crear una buena imagen corporativa en la red, de una manera potente y eficaz, también
es cierto que cualquier desliz se puede pagar caro porque hoy en día se viraliza más el contenido negativo que el positivo.
5 cosas que debes tener en cuenta sobre tu imagen corporativa
A la hora de
enfrentarnos al dilema de cómo conseguir que la gente mire bien nuestro negocio, que nos estime con una buena reputación, siempre pensamos en que conseguirlo será muy complicado porque las opiniones del público son demasiado variadas. Sin embargo,
la percepción que se tiene de nuestro negocio dependerá igualmente de todo lo que hagamos, y podemos conducirla hacia un tipo de pensamiento u otro, de una manera natural. A continuación vamos a mostrar cinco cosas de vital importancia a la hora de crear nuestra imagen corporativa.
No dejes que otros la creen por ti
La imagen corporativa existe en cualquier empresa, por pequeña que sea, y aunque no lo parezca, los propios clientes le dan una importancia capital incluso cuando son negocios de barrio. Y es que siempre vamos a tener una reputación, para bien o para mal, y nuestro cometido es conseguir que esa reputación nos beneficie. Para ello
debemos encargarnos de cuidar cualquier acción que llevemos a cabo y entender que todo está englobado dentro de la imagen corporativa, en el sentido de que cualquier cosa que hagamos repercutirá en ella. Tomar los mandos y decidir lo que queremos hacer es la mejor alternativa, porque de lo
contrario, serán otros los que acaben creando nuestra imagen corporativa fuera de nuestro control, y eso no suele ser nada bueno…
No menospreciar la importancia de cualquier acción
Todo repercute en nuestra imagen corporativa, desde la nueva y potente campaña de publicidad que acabamos de lanzar hasta el hecho de cambiar cada pocos meses de empleados. T
odo lo que hacemos se proyecta en nuestra reputación, y hay que saber cuidarla para que no se vuelva contra nosotros. En ocasiones, muchas empresas deben tomar decisiones complicadas para salir adelante, decisiones que la gente puede no llegar a entender muy bien, y que repercutirán de forma negativa en nuestra imagen corporativa.
Nuestro trabajo es saber controlar esos momentos y encauzarlos hacia algo positivo.
Mucho más que las campañas de publicidad y el logo de la empresa
En ocasiones
hay mucha confusión cuando se habla de imagen corporativa, porque muchos todavía piensan que se limita a las acciones que la empresa realiza directamente de cara al público, como las campañas publicitarias pertinentes o los mensajes en sus cuentas oficiales, o solo a los logos y a los colores corporativos.
Esto forma parte de la imagen de marca, por supuesto, pero hay mucho más. A través de la psicología de los colores, de un buen logo dinámico que transmita lo que queremos ofrecer y sobre todo, de una comunicación natural y fluida con el público, nuestra imagen corporativa se verá muy beneficiada.
Si te lo puedes permitir, contrata a profesionales de la imagen corporativa
Si tienes ya un negocio en crecimiento y quieres apostar de verdad por el mayor activo que tienes para seguir creciendo, es hora de llamar a los profesionales.
De la misma forma que contratas a profesionales para cualquier puesto de responsabilidad en tu empresa, también debes hacerlo para transmitir esa imagen corporativa. Hay personas que han estudiado relaciones públicas, psicología y otras ramas importantes a la hora de entender y poder encauzar el pensamiento global de los demás.
En nuestra época, también es importante tener el control sobre las opiniones en Internet, ya que es el nuevo campo de batalla para las empresas y su reputación.
No es un gasto, es una inversión
Hay que entender que una imagen corporativa positiva para nuestra empresa supone uno de los mejores valores que podemos tener de cara a seguir creciendo, porque eso significa que la gente nos ve con buena reputación, la base imprescindible para el crecimiento de cualquier empresa.
El dinero que podamos gastar en contratar a profesionales en imagen corporativa, en campañas de publicidad, en crear imagen de marca a través de nuevos diseños, de campaña en distintos medios,
no será en realidad un gasto sino una inversión que, bien encaminada, nos puede hacer ganar mucho, no solo en lo económico, sino sobre todo en lo social.
Errores que nunca debes cometer con tu imagen corporativa
La importancia de la imagen corporativa ha quedado más que demostrada a través de todos estos años, sobre todo en una época como la nuestra en la que la gente parece hablar o compartir más que nunca la visión que tiene de las cosas (y también de las empresas y los negocios).
Una buena respuesta en Twitter puede hacer que nuestra reputación se eleve por las nubes… pero si cometemos un error, nos puede condenar por completo al ostracismo. De ahí la importancia de no cometer los siguientes errores:
Encargarnos nosotros de toda la imagen corporativa
Si no tenemos formación en redes sociales, en comunicación, en relaciones públicas o en marketing será casi imposible llevar por nuestra cuenta toda la imagen corporativa. Incluso cuando tengamos un negocio pequeño, en muchas ocasiones lo mejor es ceder el testigo a alguna empresa que se encargue de ello, o a un community manager que pueda encauzar toda la opinión de Internet hacia nuestro favor.
Este tipo de personas cualificadas se pueden encontrar fácilmente en la propia red, en las plataformas de búsqueda de emplea o incluso en los portales de segunda mano, donde abundan también estos ofrecimientos.
Buscar solo al público con nuestras campañas y no a otros actores importantes
El público es nuestro principal objetivo, porque serán los que finalmente compren nuestros productos y nos hagan tener una imagen de marca determinada con sus opiniones. Pero
para llegar a ellos a veces hay que centrarse, por ejemplo, en conseguir el favor de otros actores importantes. Desde prensa
hasta los novedosos influencers, jóvenes que escriben por Internet sobre sus gustos y que tienen a muchísimos seguidores pendientes de todo lo que digan, son también un buen objetivo para encaminar la opinión del resto hacia lo que queremos construir como imagen corporativa.
Ser demasiado polémicos solo para conseguir atención
En algunos casos, la polémica funciona muy bien, siempre y cuando no nos importe que para vender nuestro producto tengamos que llevar a cabo determinados movimientos que no hablarían muy bien que digamos de nuestra empresa en ciertos círculos.
Cuando no tenemos dinero para grandes campañas, la polémica nos puede permitir llegar a un público mucho más masivo, viralizando nuestro contenido y consiguiendo que nuestro nombre empiece a sonar. Como se suele decir,
lo bueno es que hablen de uno, da igual si es bien o mal, pero que hablen.