Cada cierto tiempo nos despertamos con una noticia más que desagradable:
la subida de la tarifa de la luz, o del gas, o de ambas… El precio de las cosas sigue subiendo, mientras los salarios se mantienen en una precariedad insostenible (y eso el que todavía tiene un salario).
Lo cierto es que cada vez cuesta más sacar una casa adelante, y desde hace tiempo miramos cada céntimo para poder ahorrarlo. Por eso ahora eso de utilizar trucos para no gastar tanta luz, agua o gas en casa se han convertido casi en reglas obligadas para muchos.
Y es que como habitantes del primer mundo,
estamos acostumbrados a derrocharlo todo porque no le damos valor a las cosas que tenemos. Abrimos el grifo y el agua sale como por arte de magia, como si no fuese a terminarse nunca. Por las noches encendemos todas las luces de la casa, no vaya a ser que alguna habitación se quede a oscuras… Sin embargo,
esos tiempos parecen haber pasado a la historia, al menos para la mayoría de nosotros, puesto que lo que toca ahora es ahorrar y ceñirnos lo máximo posible a un presupuesto del que no nos podemos pasar si queremos sobrevivir.
La prevención, mayor enemiga del derroche
Antes
casi que nos daba igual pagar lo que fuera de luz o agua, porque simplemente teníamos suficiente para todo. En los últimos tiempos, sin embargo,
la situación se está volviendo cada vez más peliaguda, y no podemos permitirnos ciertos derroches. Sin embargo, después de muchos años sin prestar atención a este tipo de cosas, ahora nos cuesta bastante acostumbrarnos a utilizar el agua y la luz de casa de una manera responsable. Y
no solo por el ahorro que eso supondrá, sino también por ayudar al propio medio ambiente.
El consumo de luz, agua y gas varía muchísimo de un hogar a otro, porque no es lo mimo una pequeño estudio para una sola persona que una casa enorme de dos plantas donde viva una familia entera con cinco miembros, por ejemplo.
Cada cual debe adaptar su modo de vida al necesario ahorro responsable en cuanto a los suministros, entendiendo que estos cuestan mucho dinero, y valorando de verdad todo lo que supone pagarlos cada vez, sin remisión.
¿Podemos hacer algo para disminuir nuestros recibos? Aquí vamos a ayudarte a conseguirlo.
Errores comunes a evitar para reducir el gasto en casa
En cuanto cambiamos un poco el chip y tomamos conciencia de lo que cuesta pagar cada mes o cada dos meses normalmente) el suministro de luz, gas y agua de una casa,
no nos costará demasiado darnos cuenta también de todos los errores que hemos estado cometiendo en estos años, derrochando sin parar. Esto suele ocurrir cuando nos toca irnos a vivir por nuestra cuenta y pagar de nuestro bolsillo todas las facturas. Entonces entendemos que hemos de hacer algo para reducir al máximo todos esos gastos. Y por supuesto que
lo podemos conseguir, empezando por este tipo de errores.
Utilizar todos los electrodomésticos a la vez
Puede parecer una tontería, pero
cuando ponemos a funcionar todos los electrodomésticos a la vez, especialmente los más grandes y “gastones”, como los aires acondicionados, lavadoras y hornos, el consumo de electricidad aumenta muchísimo, ya que se requiere mucha más potencia. De hecho, a veces podemos sobrepasar incluso lo contratado y provocar un corte de luz. Por eso
hemos de ser conscientes de que lo mejor es utilizarlos cada cual por su parte, a horas distintas, para que el consumo se reduzca lo máximo posible. Si nos organizamos no es para nada complicado.
Bañarnos en lugar de ducharnos
Si disponemos de una bañera en casa, seguro que muchas veces sientes la tentación de llenarla hasta los topes y darte un baño relajante de espuma. No vamos a decir que de vez en cuando esto no sea conveniente, porque lo cierto es que nos puede ayudar mucho a relajarnos y a olvidarnos del estrés. Sin embargo,
convertir eso en una costumbre puede provocar que la factura del agua suba hasta límites insospechados. Lo mejores es ducharse, gastando menos agua y ayudando así también a que no se den situaciones de sequía.
Dejar luces encendidas por toda la casa
Es una de esas costumbres que muchos tenemos, y que cuesta quitarse de encima cuando
nunca has pensado en que esa bombilla que tienes encendida está gastando dinero cada minuto que pasa. Por supuesto, el gasto de una bombilla durante una noche por ejemplo es ínfimo, pero si la dejamos todas las noches encendida, o
si lo hacemos con todas las lámparas de la casa, ese gasto se multiplica, haciendo que la factura de la luz llegue más alta que nunca. Con lo fácil que es ir apagando las luces cuando abandonamos una habitación…
Los electrodomésticos en standby
Especialmente televisiones y ordenadores, que aunque es cierto que no consumen demasiado, tenerlas puestas durante todo el tiempo en esa función puede acarrear un gasto extra innecesario que desde luego será mejor ahorrarnos.
Si vamos a salir de casa por un buen rato, mejor dejar todos los electrodomésticos desenchufados, y enchufarlos solo cuando los vayamos a utilizar. Así no solo ahorraremos algo por evitar ese estado de standby, sino que también
nos cubriremos las espaldas frente a posibles cortocircuitos que puedan provocar problemas muy graves mientras estamos fuera.
Las claves para ahorrar dinero en los gastos en casa
Ya hemos visto todo lo que no debemos hacer
si queremos ahorrar dinero en los gastos usuales del hogar, la luz, el agua y el gas (este último, cada vez menos común, eso sí). Como ves, se trata de cosas muy sencillas que cualquiera de nosotros puede hacer sin demasiados problemas.
Solo necesitamos acostumbrarnos y en cuestión de meses veremos la diferencia, para bien. Pero para ayudarnos podemos atender también a
otras claves que nos permitan ahorrar al máximo cuando se trata de gastar en el hogar. Aquí te dejamos algunas de las más importantes.
Interruptores con economizador de potencia
Está claro que
todos necesitamos luz artificial en casa, por muy luminoso que sea nuestro hogar, ya que por la noche es imposible convivir si no es con lámparas o bombillas. Podemos
utilizar bombillas de bajo consumo, por ejemplo, o también colocar
interruptores economizadores de potencia, que nos permitan
regular la cantidad de luz que queremos tener en la estancia, ya sea el salón, el dormitorio, etc… Además de permitirnos ahorrar algo de dinero, esto servirá para darle un toque ambiental diferente a esas estancias de nuestra casa, sobre todo al salón.
Lavados en frío
Siempre que podamos,
utilizaremos la opción de lavado en frío en nuestra lavadora (para la ropa que no se estropee en este tipo de programa). Y es que como ya sabrás,
la lavadora es uno de los electrodomésticos que más energía consume, y buena parte de ella la utiliza para calentar el agua para el lavado. Por eso, si logramos aumentar la cantidad de lavados en frío y hacer menos lavados en caliente,
nuestro bolsillo lo notará cuando llegue la factura de la luz (ya que el agua que gastemos sí será la misma).
Electrodomésticos con certificación energética
Si tenemos que comprar algún electrodoméstico, especialmente si son los que gastan mucha electricidad, debemos fijarnos en su certificado de garantía energética. Se trata de una certificación que hoy por hoy deben tener todos los electrodomésticos por ley, para conocer el gasto que realizan antes de comprarlos. La
calificación se lleva a cabo por letras,
siendo los más ecológicos y económicos en cuanto a la electricidad los de clase A y A+, que son los más recomendables para adquirir. Suelen ser algo más caros, pero a la larga sale a cuenta por todo lo que nos ahorraremos en la factura.
Climatización de la casa o piso
Colocar
ventanas dobles o con un aislamiento térmico será una alternativa magnífica para evitar que el frío ente en el piso, por ejemplo. Este tipo de
ventanas no son tan caras y a la larga nos permitirán ahorrar muchísimo dinero en calefacción, especialmente si vivimos en un lugar donde los inviernos sean largos y las temperaturas bajas sean la nota predominante durante buena parte del año.
También sirve para el verano, ya que al poner el aire acondicionado, la estancia se refrescará antes y mucho más eficazmente, al no salir el aire por ningún sitio.
Ajustar la potencia eléctrica en casa
Este último punto
puede ser decisivo a la hora de conseguir rebajar la factura de la luz, no porque consumamos demasiado, sino porque tenemos contratado ya de por sí más de lo que necesitamos. ¿Cómo lo podemos saber? Mediremos la potencia con un sencillo medidor para ver cuanto solemos gastar en los picos más altos, cuando usemos varios electrodomésticos a la vez. Si no llegamos al pico que tenemos contratado,
rebajaremos la cantidad para aprovechar mucho mejor la electricidad que nos llega. Eso sí, tendremos que tener cuidado a partir de ese momento para no encender más electrodomésticos de la cuenta.