En los últimos tiempos estamos viviendo
un debate intenso por parte de profesores, pedagogos, educadores y padres sobre la importancia de dejar tiempo libre en las vidas de los niños pequeños y no someterlos a tanta presión con clases, deberes, actividades extraescolares y demás. Y es que en muchos casos,
los niños se pasan todo el día haciendo cosas, casi sin tiempo para descansar o jugar, o incluso aburrirse, algo que tampoco es malo aprender a hacer desde pequeño.
Las actividades y clases vespertinas se llevan la palma en este sentido.
Ya
no vale con tener a un niño que saque buenas notas o simplemente vaya aprobando cursos en el colegio desde pequeñito.
Ahora tu hijo debe ser una especie de superniño que sepa hablar inglés mejor que sus profesores, que haga deporte y sea un número uno en fútbol o baloncesto, y que además toque el piano a la altura de cualquier concertista. Toda esa presión añadida puede ser fatal para un niño pequeño, pero
si sabemos dosificarla, puede llegar a ser muy positiva para su desarrollo, especialmente si escogemos una actividad que refuerce su inteligencia, su talento y su visión de las cosas.
Aunque para muchos sea un simple hobby y para otros mucho menos avanzados, solo ruido,
la música es una de las artes que más nos conmueven. Gracias a la gran variedad de estilos musicales que existen hoy en día, podemos disfrutar de ella en cualquier momento y elegir cualquier tipo de interpretación no solo para emocionarnos, sino también para
plasmar lo que sentimos y llevamos dentro. Educar a un niño en el respeto y la pasión por la música, sea del tipo que sea, es una de las mejores cosas que podemos hacer por él.
La música es, como aquí afirmamos, seguramente la actividad perfecta para cualquier pequeño (junto al deporte, por supuesto),
porque le permite expresar su propia creatividad, conocer un mundo nuevo y fascinante de sonidos, entender lo que significa el esfuerzo y la preparación desde bien pequeñito y aprender a trabajar tanto solo como en equipo, ensayando mucho por su cuenta y con otros compañeros, para desarrollar también su oído y su compenetración.
Da igual el instrumento que escojas, meter a tu hijo en clases de música puede ser una alternativa magnífica.
Razones para que tu hijo dé clases de música
Puede que tú hayas recibido clases de música de pequeño y que sientas que es algo que tu pequeño también debe hacer, porque te sirvieron de mucho en su momento. Puede que, al contrario, solo desarrollaras interés por tocar algún instrumento ya más mayor, y
pienses en todo lo que habrías aprovechado si hubieras empezado mucho más joven. El caso es que si todavía estás dudando entre si meter o no a tu hijo en clases de música, o necesitas razones para convencer a tu pareja, que no le ve muy claro,
aquí te presentamos algunas que pueden servirte.
Desarrollar su nivel intelectual
Son varios los estudios realizados recientemente que aluden a una mejora en la inteligencia y en el nivel intelectual de los niños que estudian música. Al tratarse de una actividad compleja pero divertida, los niños están aprendiendo a la vez que juegan
y desarrollan casi sin saberlo nuevas formas de entender la realidad a través de las matemáticas o de la pura creatividad. No estamos afirmando que cualquier niño que toque la guitarra vaya a ser Einstein el día de mañana, pero
seguramente se note en su inteligencia si lleva desde pequeño dando clases de música.
Mejora la memoria
En una etapa de la vida tan importante como la niñez, en la que el cerebro todavía está formándose del todo y aprendiendo todo lo que le será necesario saber el día de mañana,
mejorar la memoria puede suponer un salto cualitativo para cualquier niño, ya que será una de sus primeras herramientas fundamentales para desempeñarse en este mundo. A través de sencillas melodías primero y de canciones algo más complejas después,
el niño ejercitará la memoria para recordarlas como si de un juego se tratase, sirviéndole esto para sus estudios también.
Aprender a tener autodisciplina y paciencia
Puede parecer imposible que un niño pueda mantenerse callado y concentrado durante un largo periodo de tiempo, pero si hay una forma de conseguirlo es desde luego a través de la música y el ensayo.
Si logras encontrar el instrumento perfecto para tu pequeño, que le entusiasme y que disfrute de verdad aprendiendo a tocarlo, le verás concentrarse en conseguir que le salga cada ejercicio, lo cual con lleva mucha autodisciplina y paciencia. Será consciente de que las cosas no salen rápido, sino bien,
y aprenderá a ser mucho más paciente con todo, algo que sin duda le servirá en toda su vida.
Les ayuda a expresarse creativamente
Y es que ir a clases de música no conlleva solo aprender a tocar un instrumento y algunas piezas clásicas o modernas, sino también expresar lo que uno siente de una forma creativa, como ninguna otra que exista. Muchos niños deben sacar esa faceta creativa a través del dibujo, porque es una forma más “fácil” de hacerlo.
La música, sin embargo, supone una fórmula algo más compleja, pero bastante más especial, para conseguir que nuestros pequeños no solo aprendan a tocar sino que la utilicen como su vía de expresión.
Los mejores instrumentos musicales para niños
Decidirnos por meter a nuestro hijo en clases de música es el primer paso, pero desde luego no el último a la hora de escoger su educación musical.
Ahora tenemos que ver, junto a él, cuál es el instrumento que más le gusta o le conviene. Si nuestro hijo es muy pequeño está claro que no tendrá mucha capacidad de decisión, por lo que
tendremos que ayudarle.
Aun así, hay algunas opciones que suelen ser muy interesantes para casi cualquier niño, ya sea por su facilidad o por el desarrollo que les permite.
Piano
Siempre que no contemos con que nuestro pequeño se vaya a convertir en Frank Liszt,
meterle a clases de piano puede ser una alternativa interesante. Es un instrumento fascinante en el que podrá interpretar canciones muy sencillas desde el primer día, y en el que podrá desarrollar todo su talento, si decide continuar con él. Le servirá además como base para toda su formación musical, en caso de que ese vaya a ser su camino durante los años siguientes.
No hará falta tener un piano de cola en casa, con un pequeño teclado bastará.
Guitarra
El instrumento clásico que suele caer primero en manos de un niño, porque siempre hay una por casa. La guitarra es un instrumento sencillo de aprender a tocar, más que el piano, aunque obviamente, al principio costará un poco más y por supuesto,
tendremos que adquirir una guitarra acorde al tamaño de nuestro pequeño, para que pueda llegar sin problemas a los trastes. Lo mejor que tiene es que un instrumento muy popular, que está en cualquier parte y que no es muy costoso.
Nuestro hijo puede aprender algunas canciones sencillas o, si le interesa de verdad, convertirse en un gran guitarrista con horas de ensayo.
Batería
La batería es seguramente uno de los instrumentos que más puede gustar a un niño, porque le permite formar todo el escándalo que quiera de una forma “adecuada”. Esa es la parte buena y mala de la batería. Si tenemos un lugar más o menos insonorizado donde permitir que nuestro hijo toque en casa uno de estos instrumentos, será su mayor vicio, eso seguro.
Pero puede resultar un poco molesto, no solo para nosotros, sino también para los vecinos. Eso sí, pocos instrumentos necesitan de tanta paciencia como la batería, por lo que
el nivel de autodisciplina de nuestro hijo subirá muchísimo.
Clases e instrumentos a precios razonables
Invertir en la educación de nuestros hijos debería ser una prioridad para nosotros, pero está claro que después de pagar todo lo que necesitan para el colegio, lo mismo no nos queda mucho para este tipo de actividades extraescolares.
Por suerte, podemos encontrar clases de música que no sean demasiado caras y cuyo precio no se vaya por las nubes,
sobre todo si buscamos en los portales de anuncios clasificados, donde seguro que habrá cosas muy interesantes cerca de donde vivimos y a precios razonables.
En esos mismos portales de anuncios clasificados podremos encontrar igualmente cualquier instrumento que hayamos elegido para nuestro pequeño, ya sean nuevos o de segunda mano, a unos precios también reducidos. Eso nos permitirá poder seguir adelante con nuestra idea de educar a nuestro hijo o hija en la música y conseguir que todo lo que aprenda le sirva también para el resto de las cosas de su vida.
Aprender disciplina, esfuerzo, dedicación y desarrollar la creatividad y la inteligencia son razones de peso para introducir a nuestros hijos en la música desde bien pequeños, además de mejorar su propio gusto cultural, por supuesto.