Las épocas de crisis suelen ser también
épocas de oportunidades en determinados sectores laborales. Claro que es fácil decirlo si nunca te han despedido de un trabajo que parecía fijo y seguro, pero como suele decirse,
cuando una puerta se cierra siempre se abre una ventana. En los últimos años muchas personas han perdido su trabajo y han decidido reconducir su vida de otra forma diferente. Hay quien ha vuelto a estudiar, para estar mejor formado y tener opción a un mejor empleo. Otros, sin embargo, han decidido lanzarse a la piscina del autoempleo y convertirse en autónomos.
Los autónomos,
esa raza que habita en nuestro país y sobrevive, año tras año, a las condiciones más duras que se puedan imaginar, sin apenas vacaciones, sin bajas ni días de asuntos propios,
defendiendo la coletilla de “al menos soy mi propio jefe” ante sus incrédulos amigos que trabajan por cuenta ajena y que se olvidan de sus quehaceres laborales en cuanto salen por la puerta de la oficina, mientras
el autónomo tiene que seguir pegado al móvil o al ordenador todo el día para hablar con clientes, enviar archivos y demás…
Muchos de estos autónomos deciden trabajar desde casa en empleos que se pueden realizar con un ordenador por delante, sin necesidad de nada más. Los que venden cualquier tipo de servicio, desde la escritura hasta la edición fotográfica, pasando por la asesoría fiscal o legal,
hacen de su casa su propia oficina, dedicando una habitación para tener su propio lugar de trabajo, un pequeño estudio o despacho desde el que trabajar e incluso poder recibir visitas de clientes, en determinados casos. Lo de trabajar desde casa puede ser una ventaja si sabemos enfocarlo bien. Por eso en este artículo
vamos a ayudarte a montar tu propio despacho en casa.
Ventajas de tener tu propio estudio en casa
Tal vez nos hayamos pasado un poco de pesimistas en la introducción al hablar sobre los autónomos, porque parece que todo es malo en su mundo, pero
también tienen ciertas ventajas. Los que poseen su propio estudio en casa y pueden trabajar desde él lo saben bien, y es que
no todo va a ser malo en la vida del freelance.
Te evitas el gasto y la incomodidad de los desplazamientos
Habrá días en los
que tendrás que salir a la calle a quedar con algún cliente o comprobar cualquier cosa del trabajo, pero en su mayoría, lo único que tienes que hacer para empezar a trabajar es levantarte y desayunar.
Piensa en todo el tiempo que pierden los demás en llegar a su trabajo. Piensa también en esas frías y lluviosas mañanas de invierno en las que tienen que mojarse sí o sí para llegar a la oficina. Mientras, tú en casa disfrutando de la calefacción…
Puedes estar pendiente de los niños
Esto es
algo primordial para los padres, especialmente para los primerizos, que en muchas ocasiones tienen complicado compaginar lo de cuidar de un niño pequeño y trabajar.
Hacer negocios desde casa nos permite no solo estar más cómodos sino también poder cuidar de cerca a los críos, sin dejar por ello de trabajar. Evidentemente la productividad no será la misma que si estuviéramos solo trabajando, pero vale la pena por poder disfrutar de la compañía de los pequeños y ver cómo crecen día a día,
sin necesidad de dejarlos en una guardería, con el ahorro que eso supone también en lo económico.
Ubicación de nuestro despacho
La posibilidad de trabajar desde casa es
una de las ventajas para los autónomos que se dedican a ofrecer servicios, ya que gracias a Internet hoy en día pueden hacerlo desde cualquier punto del planeta donde puedan conectarse. Hay que discernir, eso sí, entre ofrecer un servicio a través de la red y ofrecerlo de cara al público. Si somos un abogado, un asesor fiscal o cualquier otro tipo de trabajador que tendrá que verse con clientes y
decidimos montar nuestro despacho en casa no será tan fácil como poner un simple escritorio y un ordenador. Hemos de tener en cuenta varias cosas.
Dimensiones y ubicación de la habitación
Partimos de la base de que
vamos a contar con una habitación exclusiva para llevar a cabo nuestro trabajo en ella, una habitación que solo utilizaremos como despacho o estudio, para trabajar y recibir a los clientes si es necesario.
Esta habitación no tiene por qué ser demasiado grande, pero si lo suficiente como para tener un escritorio grande y al menos tres sillas, una para nosotros y otras dos para las visitas. Que todo quepa sin problemas y no tengamos la sensación de estar en un “zulo”.
La impresión que causemos será importante.
Entrada directa hacia el despacho
Para que las visitas puedan pasar directamente a la habitación que conforma nuestro despacho,
lo mejor es ubicarlo justo al lado de la entrada. Ya sea en un piso o en una casa, tener el despacho cerca de la puerta, para no tener que recorrer el resto del hogar para llegar a él, es lo más apropiado.
Ya no solo por la imagen que podamos causar en las visitas, sino también por el simple hecho de que el resto de la familia pueda llevar una vida normal sin tener que ver cómo unos desconocidos cruzan por el salón o el pasillo cada dos por tres, por ejemplo.
Dar una buena impresión con los muebles y la decoración
Hemos de tener siempre muy en cuenta que
esas visitas que vamos a recibir en nuestro despacho de casa son clientes, así que debemos causarles una magnífica impresión ya desde el principio. Y eso lo conseguimos no solo siendo educados, sino también
manteniendo nuestro despacho en perfectas condiciones. Siempre limpio, ordenado, con una decoración sobria pero elegante, y dependiendo de nuestro trabajo, también con los títulos que hayamos conseguido, así como todo el material que necesitemos.
La cuestión es dar la imagen de que trabajamos muy duro en aquella habitación, a pesar de que esté en nuestro propio hogar.
Lo que no puede faltar en nuestro estudio o despacho en casa
Una vez hayamos escogido ya la habitación en la que montaremos nuestro estudio en casa, ya sea para uso simplemente privado o para recibir visitas,
debemos ocuparnos de llenarlo con las cosas imprescindibles para poder trabajar. El hecho de estar ubicado en un lugar tranquilo y luminoso de nuestro hogar puede ser determinante para que nuestro desempeño en cada trabajo sea más eficiente. Sin embargo,
también hay cosas materiales que vamos a necesitar de manera obligada.
Mesa de escritorio y sillas
Los muebles indispensables en un despacho o estudio cualquiera.
No nos sirve cualquier mesa de escritorio de esas que podemos encontrar fácilmente en IKEA o similares. Nosotros recomendamos las más grandes y robustas, que ocupen buena parte del espacio central del estudio, pero
que sean lo suficientemente enormes como para poner el ordenador, la impresora y todas las demás herramientas que vamos a utilizar en nuestros quehaceres diarios. En cuanto a las sillas, la ergonomía y la comodidad es vital teniendo en cuenta que vamos a pasar muchas horas allí sentados. Buscar en la sección de
Eanuncios puede ser una buena idea para encontrar alguna ganga.
Sea cual sea nuestro trabajo, para estar haciéndolo desde casa lo más probable es que necesitemos un
ordenador con
conexión a Internet, para enviarlo al cliente para el que trabajemos, o directamente para trabajar con el software necesario de edición.
El ordenador deberá adaptarse a las necesidades de cada trabajador y del trabajo que vayamos a realizar, pero debe ir acompañado por algunos periféricos como altavoces, una impresora, fax, escáner, y en ocasiones,
también otros más específicos como tablets gráficas (para el diseño) o teclados especiales para la edición de audio y video profesional.
Archivadores
Unos
buenos archivadores son también imprescindibles para la mayoría de trabajos que realicemos en nuestro despacho casero. Los
auditores fiscales y los abogados lo saben muy bien, porque es la única forma de ordenar sus casos (aunque siempre tengan su copia digital en el ordenador). Para otro tipo de trabajos,
estos archivadores se pueden utilizar para guardar contratos, facturas, etc… algo también muy importante si estamos trabajando para muchos clientes y lo hacemos por cuenta propia.
Buena iluminación y aire acondicionado/calefacción
Hemos de tener muy en cuenta que
la habitación que prepararemos como despacho será, junto con nuestro dormitorio, el sitio donde más horas al día vamos a pasar. De modo que buscaremos la forma de sentirnos lo más cómodos posible allí, con una buena iluminación ya sea natural o a través de
lámparas (cuando trabajemos de noche) y también disfrutando de las bondades de un
aire acondicionado o una calefacción, dependiendo del momento en el que estemos en el año. Pasar frío o calor no es un detalle sin importancia cuando uno está trabajando, así que si debemos hacer un desembolso en acondicionar bien el cuarto, lo haremos sin dudar, porque lo vamos a aprovechar.