Hay pocas cosas que nos hagan disfrutar más en verano que
una piscina con agua bien fresca para poder olvidarnos del calor imperante durante estas semanas. Especialmente en la zona del sur, donde la presencia de estas piscinas se hace casi tan imprescindible como la del propio aire acondicionado,
las piscinas son un elemento ineludible en el ecosistema de casi cualquier familia. Si vives en la gran ciudad y tu bloque no cuenta con piscina comunitaria, siempre puedes acudir a las municipales, o
buscarte algún amigo con piscina, de esos que en esta época están muy solicitados.
Si tienes la suerte de
poseer una casa grande o un chalet con piscina propia, sabrás que eres un auténtico afortunado, un privilegiado cuando llegan las altas temperaturas y puedes pasarte toda la tarde, si quieres, metido en el agua, disfrutando del frescor de la misma y pasando del calor. Eso sí,
mantener una piscina no es algo tan sencillo como pudiera parecer. Los que solo van a bañarse en ella no conocen hasta qué punto puede ser cansado y tedioso cuidar una piscina para que esté perfecta a la hora del baño.
En este artículo te vamos a dar las claves para facilitar ese proceso.
Diferentes tipos de piscinas
Cuando hablamos de
piscinas, todos tenemos en mente la imagen de
una inmensa bañera repleta de agua. Las hay más espectaculares, más pequeñas, más humildes o más ostentosas, pero al fin y al cabo todas son iguales… ¿o tal vez no? Como en este artículo vamos a hablar de los cuidados necesarios para mantener nuestra piscina en condiciones óptimas durante el verano,
lo primero que debemos hacer es discernir entre los diferentes tipos de piscina que nos vamos a encontrar, porque el mantenimiento de cada una de ellas será distinto.
Piscina a ras de suelo
Lo que todos conocemos como piscina es solamente
el tipo de estructura, más o menos grande, que está construida al nivel del suelo, es decir, habiendo cavado un hueco enorme para poder crearla dentro, ya sea instalando una ya construida o construyéndola directamente en ese enorme hueco, alicatándolo y protegiéndolo para que el agua se mantenga dentro.
Es el tipo más habitual de piscina y se suele encontrar en los chalets y las urbanizaciones. Sus cuidados dependerán también de sus dimensiones, pero suele ser sencillo mantenerla con algo de cloro y una buena depuradora de agua.
Piscina sobre el suelo
Como si de
un jacuzzi gigantesco se tratase, este tipo de piscinas vienen ya construidas por norma general, pero no se ubican a ras de suelo en ningún hueco, sino que ponen sobre él,
necesitando normalmente una escalera para acceder al interior. Pueden ser piscinas de madera, de plástico o incluso de metal, y su tamaño no suele ser demasiado grande, para que
pueda caber en un jardín cualquiera, por ejemplo. Es el tipo de alternativa que se utiliza en aquellas casas o lugares donde no se puede excavar para hacer el hueco de la piscina.
Alberca
Aunque el término puede ser un poco confuso, ya que
en Latinoamérica se puede utilizar indiferentemente con el de piscina, aquí en España es común encontrar albercas sobre todo en el sur, ya que este tipo de construcción tiene mucho que ver con los
árabes, desde su propio nombre a su invención. Se trata normalmente de
un pequeño estanque construido para almacenar agua en terreno rústico, como campos de cultivo, que con el tiempo se ha convertido en una alternativa algo más rudimentaria pero igualmente útil a las piscinas. Normalmente
están construidas sobre el suelo, no en huecos, y con materiales tradicionales como el ladrillo y el cemento. Al estar en terrenos rústicos, necesitan unos cuidados más intensos para mantenerlas limpias.
¿Qué necesito para mantener perfecta mi piscina?
Cada piscina es un mundo, y desde luego,
tendremos que adaptarnos también no solo a las necesidades de la propia piscina, sino a las del entorno sobre todo, para poder cuidarla como es debido. Por ello tenemos que saber qué es lo que necesitamos en cada momento para cuidar bien de nuestra piscina y mantenerla en perfectas condiciones.
Nosotros hemos elegido algunas herramientas y utensilios que, por norma general, suelen ser muy útiles a la hora de mantener una piscina e incluso una alberca, que como vimos anteriormente, suele necesitar más cuidados.
Depuradora de agua
Cuando tenemos una piscina ya instalada, normalmente a ras de suelo, necesitaremos también disponer de una depuradora de agua para no tener que llenarla cada vez que necesitemos bañarnos. El agua se ensucia de manera natural, porque la piscina suele estar al aire libre, y cae polvo, tierra, insectos y hojas. Lo que hace una
depuradora es, como su propio nombre indica,
depurar esa agua casi por completo para mantenerla con una calidad suficiente como para que podamos bañarnos en ella, reutilizando siempre la misma cantidad, algo que también es importante para mantener el medio ambiente y no gastar más de lo debido. En piscinas sobre el suelo y albercas es más complicado colocar este tipo de depuradoras.
Pastillas de cloro
Hay que
tener mucho cuidado con este tipo de agentes porque estamos utilizando un producto químico modificado para
desinfectar el agua de bacterias, que puede ser muy útil sobre todo si tenemos nuestra alberca o piscina en un lugar más natural, donde este tipo de bichos abunden. Eso sí, también tiene su parte mala, y es que
ese cloro puede afectarnos, especialmente a aquellas personas de piel sensible, o a los niños. Por eso se recomienda utilizar poca cantidad de
cloro en todo caso, para que al bañarnos no nos afecte demasiado.
Escalera para salir y entrar
Dependiendo de su situación sobre el suelo, si está elevada o en un hueco,
la escalera será imprescindible tanto para entrar como para salir de la piscina. Mantener la escalera en buen estado también es importante, porque hemos de ser conscientes de que no nos servirá cualquier tipo de escalera.
Debe ser de un material inoxidable y que pueda estar en contacto con el agua de la propia piscina (y el cloro el agente químico que echemos en ella). Hoy en día podemos encontrar en el
mercado muchísimas escaleras diferentes para las piscinas, y
escogeremos una que se adapte también a la altura de la misma.
Consejos para cuidar mejor de nuestra piscina
Los materiales y utensilios que necesitamos para cuidar de nuestra piscina son las herramientas, pero
hay que saber también utilizarlas para conseguir que nuestra piscina sea la envidia del resto del barrio, la mejor cuidada y la más espectacular de todas. Aquí te vamos a dar algunos consejos que pueden serte de utilidad para conseguirlo.
Buscar una cubierta para mantenerla más limpia
Si nuestra piscina es pequeña lo más normal es que podamos encontrar alguna
cubierta que encaje con sus dimensiones, y así
poder taparla cuando no estemos dentro, para que no caigan hojas, insectos o simplemente suciedad en el agua durante el resto del día. Mantener tapada la piscina con una cubierta suele ser una solución muy buena también en albercas, que
están más expuestas a este tipo de agentes externos y son más complicadas de limpiar a fondo.
Controlar el ph del agua
Tal vez el término te suene, pero no sepas exactamente qué es eso del ph. Se trata de una medida que marca la acidez general de un líquido, en este caso el agua.
Si el ph de al gua está demasiado alto o bajo, eso podría afectar a nuestra piel. Por eso se recomienda siempre utilizar, por ejemplo, champús de ph neutro. Con el agua de la piscina deberíamos buscar lo mismo, y eso lo conseguiremos
llevando un control exhaustivo sobre ella y controlando la cantidad de cloro que ponemos, por ejemplo, para no pasarnos ni quedarnos cortos.
Utilizar cepillos limpiadores y limpiafondos
La
depuradora suele filtrar determinados objetos del agua de la piscina, pero de otros nos tendremos que encargar nosotros por norma general.
Las hojas, por ejemplo, suelen quedarse flotando en la superficie, y para mantener nuestra piscina limpia, debemos quitarlas de forma manual. Lo mejor es utilizar un limpiador o un cepillo extensible para lograr sacarlas antes incluso de meternos al agua, desde la propia orilla de la piscina. Es un trabajo algo monótono, pero
esto evitará que la piscina se ensucie más y sobre todo, que los filtros se atasquen, algo que sí que puede ser muy negativo.
Pintar y revisar cada año toda la piscina antes de llenarla
Si tenemos una piscina de ladrillo o cemento, que se pueda pintar, haremos ese mantenimiento justo antes de llenarla, a principio de verano, para aseverarnos de que esté perfecta y sobre todo, que no tenga ningún tipo de grieta por la que el agua se pueda salir. En los casos en los que la piscina esté alicatada,
nos cercioraremos igualmente de que todo este perfecto y realizaremos ese mismo mantenimiento antes de llenarla. Para las que se montan y desmontan, debemos ser especialmente cuidadosos, porque al estar echas de materiales más endebles, pueden sufrir más de un año para otro.