Todos tenemos
sueños y fantasías vitales o laborales que sabemos que son muy complicadas de cumplir. Por la sociedad en la que vivimos,
la mayoría de niños desean ser futbolistas cuando sean mayores, porque sus padres les han inculcado ese deporte desde bien pequeños y además ven que en ese negocio se gana mucho dinero y que todos admiran a esos hombres.
Las niñas, en cambio, buscan otro tipo de trabajos, desde veterinaria hasta enfermería.
Eso, por fortuna, también está cambiando, y hoy en día cualquiera puede ser lo que realmente desee, sin tener en cuenta su sexo.
Uno de esos
oficios “románticos” que ha atraído siempre tanto a hombres como a mujeres es de la escritura. Editar novelas que sean leídas en todo el mundo, poder vivir de lo que escribimos, de lo que llevamos dentro,
haciendo de la creatividad nuestra herramienta más potente, viajar a lugares lejanos y exóticos para documentarnos para nuestros nuevos libros… Si de pequeño te gustaba la lectura, seguro que alguna vez habrás pensando en
convertirte en escritor, y tal vez incluso hayas escrito algún que otro cuento o relato, pero lo tienes guardado, porque piensas que es muy difícil vivir de ello.
El escritor, ¿nace o se hace?
Como en muchas otras carreras dedicadas a lo que se pueden englobar dentro del arte y la cultura,
la pregunta que siempre nos viene a la cabeza es ¿cómo nos convertirnos en escritores? ¿Es posible que una persona cualquiera, que tal vez no haya escrito demasiado a lo largo de su vida o que no tenga un aparente talento especial para eso, pueda llegar a dedicarse profesionalmente a la escritura?
¿Solo pueden lograrlo aquellos que han nacido con el llamado don de la palabra? Son muchos los que aseguran que el escritor nace, y luego perfecciona su arte a lo largo de su vida, pero
no tiene porqué ser siempre así.La historia de la literatura está llena de casos en los que una persona normal y corriente decidió un día empezar a escribir, tal vez sin muchas pretensiones, pero sí como algo constante e importante en su vida.
Después de años de preparación, de cursos y de escribir mucho, para ir cogiendo experiencia, esa persona logró publicar y su libro se convirtió en un gran éxito, pudiendo vivir de la literatura. Si tienes talento, mejor que mejor, pero no es algo tan imprescindible como parece a la hora de conseguir vivir de esto.
Si es que es esa tu intención. Tal vez solo quieras escribir por escribir, por el mero placer de ver tus ideas plasmadas en papel. A todos nos haría ilusión poder dedicarnos a lo que más nos gusta y vivir de ello, pero sabemos que no siempre es fácil.
El mundo de la literatura es muy competitivo y solo un ínfimo tanto por ciento de los que publican pueden dedicarse a ello profesionalmente. Por eso debemos ser ambiciosos e ir a por todas, pero entendiendo también que no todo depende de nosotros. Al final
esto se ha convertido en un negocio, y como tal, lo que importa es vender.
Consejos para empezar en la escritura
Como en la música, la pintura o incluso el cine, en la literatura también hay un montón de consejos útiles para los principiantes, guías con pasos a seguir que son imprescindibles si queremos llegar a entender eso a lo que nos vamos a dedicar. Sin embargo, cada persona es un mundo, y está más que demostrado que la forma de escribir que le sirve a uno es imposible para otro, sin que eso quite que sea mejor o peor. Aun así, estos consejos sí que suelen resultar muy útiles para la gran mayoría de aspirantes a escritores.
Leer mucho, el primer paso
El primer paso para escribir bien no es, paradójicamente, sentarnos a escribir. Eso también es importante, como veremos después, pero lo primero, lo primordial, es leer mucho. Aprender a leer de niño es uno de esos pasos cruciales en nuestro aprendizaje. Si nuestros padres y demás adultos que nos rodean logran inculcarnos el valor de la lectura, aprenderemos que esos libros son más importantes de lo que parecen. Conseguiremos mucho lenguaje, aprenderemos cómo los demás escritores expresan sus ideas, y llegado el momento, lo haremos nosotros también. Y eso nunca hay que dejarlo, porque leer es una parte vital de la vida de un escritor.
Es una carrera de fondo, no un sprint
Escribir es un oficio como cualquier otro. Por supuesto que está lleno de esa idea romántica de que las musas nos visitan para darnos la inspiración necesaria, de esa vida bohemia que siempre rodea al escritor, nutriéndole de ideas… Sin embargo, es un trabajo más, duro y en el que se necesita mucha paciencia. Un buen escritor se hace con la experiencia, después de pasar muchos días delante de la página en blanco peleando por sacar alguna idea interesante. No vamos a convertirnos en best sellers de la noche a la mañana. Todo ese proceso, en caso de lograrlo, llevará un tiempo importante.
Escribir siempre sobre lo que te gusta
Una de las reglas no escritas de la literatura dice que
los autores deben escribir sobre lo que conocen. Sin embargo, la ciencia ficción, por ejemplo, no existiría si todo el mundo siguiera esa regla a rajatabla.
Lo que nosotros recomendamos es escribir sobre aquellos que nos inspira, lo que nos gusta, lo que nos hace sentir vivos. Escribir para transmitir ideas, emociones, sensaciones…
Dejarse llevar solo por las modas y empezar a escribir una novela o un relato de un género que realmente no nos gusta demasiado, solo porque será más fácil publicarlo así,
puede ser una mala idea y convertir algo que nos encanta, como es escribir, en un “trabajo de oficina”.
¿Qué se necesita para escribir?
Para responder a esta pregunta debemos ir más allá de lo obvio, porque por supuesto, para escribir no necesitamos absolutamente nada, solo lápiz y papel, o bolígrafo y una superficie donde poder amontonar letras, o incluso un simple teléfono móvil de los que todos llevamos encima en cualquier momento. Muchas ideas de relatos han nacido así, y no es mala idea ir apuntando todo lo que se nos ocurra en nuestro teléfono. Pero si de verdad nos vamos a poner en serio con esto de la escritura, nosotros aconsejamos al menos estas cosas.
Un espacio tranquilo donde escribir
Hay escritores que son capaces de juntar letras e inspirarse en cualquier lugar. Stephen King escribió Carrie, su primera novela publicada, en el cuarto de la lavadora de la cochambrosa autocaravana donde vivía, aguantando el peso de la máquina de escribir sobre sus rodillas. También está la clásica y sobreexplotada imagen del escritor bohemia y moderno, que se va con su portátil a escribir a un café o a un lugar donde los demás puedan verle y decir ¡eh, es un escritor! Pero lo que realmente importa es sentirte a gusto allí donde estés, y para nosotros, no hay nada mejor que una habitación tranquila, despejada, donde no haya demasiado ruido, y donde poder entregarnos a la escritura sin que nada nos moleste ni nos distraiga.
El ordenador, nuestro mejor amigo
Si todavía sigues escribiendo a mano, con lápiz o boli y papel, perfecto.
Si prefieres seguir siendo el clásico escritor de máquina Olivetti, incluso puede que encuentres alguna por
aquí. Pero lo que te recomendamos es que tires de las nuevas tecnologías y
conviertas a tu PC en tu mejor aliado a la hora de escribir. Es cierto que a veces es un arma de doble filo, porque podemos distraernos demasiado si tenemos conexión a Internet a un click, pero
escribir nuestro relato en un ordenador nos permitirá ahorrar tiempo, realizar todas las correcciones que queramos y sobre todo, tenerlo siempre guardado a buen recaudo. Y lo mejor es que
cualquier ordenador sirve para esto, ya que no debe ser demasiado potente, por ejemplo
éste.
Cursos de escritura creativa
En cualquier ciudad podemos encontrar
algún curso interesante para
ir cogiendo experiencia y aprender las nociones básicas que todo escritor debe conocer. Porque como hemos dicho ya anteriormente, esto no es simplemente dejarnos llevar por la inspiración del momento.
Para crear un buen relato debemos trabajar la trama, hacerla coherente y que llame la atención del lector, pero
también crear los personajes, redondear muy bien los diálogos. En definitiva, un trabajo que sí que
se puede aprender, la parte “técnica” de escribir.
Tiempo libre, perseverancia y paciencia
Aunque todos querríamos escribir el próximo Código Da Vinci y hacernos de oro con nuestros libros, hay que empezar entendiendo que esto es un hobby, y como tal, tendremos que buscar tiempo libre para realizarlo. Eso sí, si nos lo vamos a tomar en serio lo mejor es ponernos a escribir todos los días, o al menos cinco días a la semana, durante una hora como mínimo. Esto nos hará acostumbrarnos a pasar tiempo delante del ordenador, a enfrentarnos al síndrome de la página en blanco, a sacar buenas ideas, y a estar ya en forma para cuando nos venga la inspiración. Paciencia y perseverancia son también imprescindibles, si queremos conseguir que nuestros escritos mejore y evolucionen.