Por suerte,
los tiempos en los que el pádel era visto simplemente como un deporte de “pijos”, para las élites, han pasado a mejor vida. Hoy en día, cualquier hijo de vecino tiene cerca de casa una pista donde puede disfrutar de un peloteo con sus amigos. Y es que la popularidad del pádel ha crecido muchísimo en los últimos tiempos, hasta el punto de triplicarse las licencias oficiales de este deporte.
En casi cualquier polideportivo medianamente grande encontramos hoy pistas para practicar esta disciplina que ha encandilado a muchos.
La
facilidad de sus reglas, muy similares a las del tenis, y
el hecho de ser un deporte mucho menos exigente físicamente que el de la raqueta ha permitido al pádel convertirse en el deporte de moda en muchos lugares. Tanto es así que las tiendas especializadas en esta disciplina también están empezando a aflorar en lugares insospechados, incluso en pueblos de menos de 20.000 habitantes donde la demanda es suficiente. No os vamos a engañar,
si ya estáis un poco metidos en el mundillo sabréis que el equipamiento de pádel no es barato… aunque eso también dependerá de donde lo busquemos.
Equipamiento necesario para jugar al pádel
Para jugar al pádel necesitamos
cierto equipamiento especial, como ya deberías saber. No se trata simplemente de ir con cualquier cosa a echar el rato a la pista. Si queremos aprovechar bien nuestro tiempo y ser al menos el mejor de nuestros amigos en esto del pádel, lo mejor es buscarse un buen equipamiento.
Como mínimo debemos contar con estas cuatro cosas.
Ropa
Existe ropa especializada para jugar al pádel, que suele ser algo más cara. En este sentido, tampoco tenemos que volvernos locos.
Cualquier camiseta cómoda que absorba bien el sudor puede servir. En cuanto a parte inferior, unas calzonas deportivas son perfectamente útiles para jugar contra los amigos. Si ya queremos estar federados habrá que comprar esa ropa especial, muy cómodo por cierto.
El caso es estar a gusto con lo que llevemos para no preocuparnos de ello mientras jugamos.
Calzado
Las
zapatillas de pádel se han ganado por méritos propios un lugar preferente en las tiendas de calzado, y es que son como cualquier otro zapato deportivo, vistoso y con muy buen gusto en la mayoría de casos, solo que
su suela se agarra mucho mejor a la pista, para darnos un control absoluto de nuestros movimientos. Eso es importante, ya que si acudimos a jugar al pádel con unas zapatillas con suela de goma podemos sufrir muchísimo e incluso tener lesiones indeseadas.
Pelotas
Evidentemente, por muy bien vestidos y arreglados que vayamos,
sin pelota no podremos jugar al pádel. Hoy en día no es difícil de encontrar un pack con varias, normalmente tres, que suelen ser de buena calidad en
marcas como Dunlop o Slazenger. No son muy caras y por lo general no se suelen perder, aunque por supuesto hay que tener cuidado con ellas. Las hay de diferentes pesos, pero
por lo general rondan los 60 gramos, bastante ligeras en comparación con las de tenis.
Pala
Nuestra herramienta para jugar, el objeto del que vamos a hablar en este artículo. La pala es al pádel lo que la raqueta al tenis, además de tener una forma muy semejante. ¿La diferencia? Pues que
la pala de pádel solo tiene algunos agujeros en la parte de en medio, pero está totalmente cubierta por el material del que está hecha, al contrario que la raqueta de tenis, que solo cuenta con el borde de ese material, mientras que la parte interior se compone de una red. Existen varias clases de palas y en este
artículo te vamos a ayudar a escoger la mejor según tu forma de jugar.
Tipos y características de las palas de pádel
Hoy en día, gracias a la gran demanda en este deporte,
existen multitud de marcas que se dedican a fabricar palas para los jugadores de pádel de todos los niveles. Estas palas son diferentes en ciertos conceptos, que veremos a continuación.
Si eres primerizo puede que, al primer vistazo, todas te parezcan iguales, pero te podemos asegurar que no lo son.
Existen tres tipos de pala según su forma. La primera es
diamante, y son esas palas que están achatadas en su parte inferior. Luego tenemos también las palas
redondas, cuya forma en su parte inferior es más circular, siguiendo la circunferencia del borde. Por último nos quedan las de
forma de lágrima, que son intermedias entre las dos anteriores y para muchos sus favoritas, ya que tienen un control más equilibrado.
Peso de la pala
Existen muchísimos pesos diferentes para las palas de pádel, aunque
normalmente suelen moverse entre los 340 y los 390 gramos. Parece una diferencia nimia, pero te podemos asegurar que al jugar se nota muchísimo, como habrás podido comprobar si has probado varias de ellas.
Una menos pesada es más blanda y te permitirá imprimir más fuerza con tu brazo, pero perderás control. Al contrario ocurre con
las más duras y pesadas, en las que ganamos control y debemos aprovechar la propia inercia del golpe del contrario para dotar de fuerza al nuestro.
Superficie en la que se juegue
Esto dependerá mucho del
tipo de juego que hagamos, por supuesto. Si somos jugadores novatos que siempre juegan en el mismo sitio, en la misma cancha, elegiremos según la dureza de la superficie la pala que más nos pueda convenir, también teniendo en cuenta su peso, por supuesto. Al final,
todo esto se tiene que adaptar a nuestro juego, a nuestra fuerza, a la forma que tenemos de golpear…
Conceptos a tener en cuenta para elegir la pala perfecta
De la misma forma que la ropa y el calzado que nos compramos para jugar al pádel deben adaptarse a nosotros en cuanto a la talla,
la pala también debe estar adaptada a nuestro cuerpo, a nuestra fuerza y sobre todo, a nuestra forma de juego. Veamos ahora los conceptos más importantes a tener en cuenta para elegir nuestra pala perfecta con respecto a nosotros mismos como jugadores.
Nuestro nivel de juego
Evidentemente
no será lo mismo comprar una pala para un principiante que esté dando sus primeros pasos que hacerlo para un verdadero profesional, o al menos, para un jugador que lleva ya mucho tiempo en esto y tenga experiencia. Se recomiendo normalmente que la primera pala que compremos sea redonda para tener mayor control sobre ella.
Una vez nos hagamos con el juego, la mejor alternativa puede ser la de forma de lágrima, que nos dará mayor polivalencia y un punto de control más equilibrado. Si somos ya expertos en estas lides y solo podemos mejorar la potencia, lo mejor es una en forma de diamante.
Nuestra fuerza
También es obvio que
la fuerza que cada cual tenga le permitirá jugar de una u otra forma, consiguiendo que jugadores con poca habilidad puedan hacer de esa fuerza en su brazo su mejor baza, para lo cual será mejor
disponer de una pala que les permita mayor potencia, como la diamante, aún a riesgo de perder parte del control sobre los lanzamientos. La fuerza, eso sí, debe ser solo una característica más en un buen jugador de pádel, no la única.
El presupuesto siempre manda
Podemos ser los mejores jugadores del barrio y ganarles a todos sin el más mínimo problema, pero
a la hora de disponer de una buena pala, será nuestro presupuesto el que mande. Soñaremos con tener esas palas profesionales que salen por más de 500 euros (y tal vez nos las podamos pagar, si jugamos torneos con recompensas en metálico), pero
por lo general, nuestro presupuesto estará limitado, lo que no quiere decir que no podamos encontrar buenas opciones a precios normales.
Dejarnos llevar por las marcas o por el propio color y diseño de la pala es un error que podemos pagar caro, literalmente. Es cierto que, si disponemos de dinero suficiente para una Adidas, será mucho mejor comprar esa que una pala de otra marca mucho más desconocida y que no tenga muy buena pinta. El caso es,
ajustando nuestro presupuesto, encontrar la pala que mejor se adapte a nuestro juego y a la superficie en la que solemos jugar. Lo más fácil es conseguir una pala en forma de lágrima, que suelen ser las más polivalentes y servir para casi todo tipo de jugadores, en cualquier superficie.
Sin embargo, las redondas y las diamantes nos darán también algo extra que, si sabemos jugar, podremos aprovechar.
En las tiendas estas palas pueden estar desde los 100 a los 600 euros, pero también tenemos como siempre la opción de acudir al mercado de segunda mano. Son muchos los que se han comprado sus palas porque el pádel “estaba de moda”, y tras solo unos pocos partidos han descubierto que aquello era para ellos y han decidido deshacerse de ellas, sin apenas usarlas, a precios de risa.
En los portales de anuncios clasificados podremos encontrar muchísimas palas de este tipo a precios rebajados con respecto a las tiendas, y prácticamente sin usar.