Hasta hace unos años habían tres formas de emprender: Crear un negocio a tu medida partiendo desde cero, asociarte con una franquicia que te ayudase con todos los trámites necesarios a cambio de un capital determinado y, finalmente, pagar el traspaso de un negocio que ya esté en funcionamiento pero que, por cualquier circunstancia, el propietario decide ceder a otra persona.
Este último apartado tiene aspectos muy positivos, pero también puntos bastante negativos y, tratando de darle solución a dicho problema, ha sido creado un nuevo concepto: “alquilar tu negocio”.
La idea básicamente consiste en pagar una cantidad mensual a cambio de poder trabajar en dicha actividad haciendo uso de todo el mobiliario y la mercancía que se encuentre en su interior pero que sin que ésta sea realmente suya.
Para entender un poco mejor el concepto, podemos imaginar que, por ejemplo, un usuario decide alquilar una cafetería. El propietario actual decide ceder su actividad por un tiempo determinado de, supongamos, un mes. Durante ese tiempo, el propietario de dicho negocio será aquel que haya pagado el alquiler y debido a ello, podrá hacer uso de las maquinarias, el mobiliario e incluso de las bebidas y alimentos que se encuentren en su interior.
El propietario podrá, durante ese tiempo, atender a sus clientes como si fuera su propia actividad, servirles las comidas y bebidas que éstos soliciten de la carta y, cobrarles por ello. Al finalizar el mes, el propietario provisional deberá hacer frente a los gastos de agua, electricidad, alquiler del local, seguros, impuestos y el alquiler del negocio anteriormente mencionado, así como de los desperfectos que se hayan ocasionado durante ese periodo (platos rotos, máquinas que dejan de funcionar, etc.).
Una vez ha finalizado el mes y, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo, el contrato puede proceder a renovarse por un mes más, por un periodo más largo de tiempo o incluso, formalizar el traspaso para que el propietario provisional pueda obtener la totalidad de los derechos de dicho negocio. En caso de que la experiencia haya sido negativa, simplemente bastaría con no renovar el contrato para quedar totalmente libre de carga, volviendo a pertenecer al propietario original el negocio cuestión.
Durante los últimos meses este sistema ha ido ganando popularidad, especialmente debido a que permite a los usuarios probar el rendimiento que puede darles dicha actividad antes de formalizar el traspaso. Es un sistema con el que todas las partes salen ganando ya que, por ejemplo, los actuales propietarios también salen beneficiados al obtener ingresos al mismo tiempo que mantienen la actividad en funcionamiento y sin que los gastos de la misma lacren su economía. Por último, los dueños de los locales comerciales también salen beneficiados al evitar tener el local cerrado y seguir arrendándolo un mes más.
En portales de segunda mano como eanuncios.com, pueden encontrarse todo tipo de anuncios de este estilo, como es el caso de gimnasios, peluquerías, bares, restaurantes, etc. Por todo ello, a partir de ahora, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ya no son tres, sino cuatro, las formas que existen de emprender y, alquilar un negocio en funcionamiento, es sin duda una de ellas.