Las
vacaciones de verano son seguramente el momento más esperado por todos los niños del mundo, aunque no tanto por sus padres.
Tener a tus hijos todo el día en casa, en edades en las que parece que no pueden parar quietos ni cinco minutos y con todo lo que eso conlleva para el estrés familiar puede ser una auténtica bomba de relojería. Y eso en el mejor de los casos, cuando puedas estar con ellos por las mañanas, porque
si hay que trabajar, hemos de buscar alternativas para no dejarlos solos…
Con
dos meses de vacaciones por delante, los niños tendrán tiempo más que suficiente para estudiar, disfrutar de la piscina, jugar y aburrirse mil veces seguidas. Este último detalle es importante, porque será entonces cuando pueden venir los problemas.
Si el niño se aburre puede hacer tambalear el equilibro del hogar, porque nos arrastrará a nosotros también en su necesidad de juegos, de estar entretenido. Por eso hay que tener buenas alternativas para que eso no ocurra,
ofrecerles a nuestros hijos algo para que se diviertan durante el verano. Y por suerte, las opciones son numerosas.
Las reglas de oro para sobrevivir a los niños en vacaciones
Todos
sabemos lo revoltosos que pueden ser los niños pequeños, y esos momentos de desesperación que muchos padres han pasado intentando mantenerlos a raya, que pueden llevarnos a perder incluso el control.
No es algo malo, es lo más natural del mundo, algo que debemos controlar si queremos no solo tener tranquilidad, sino enseñar a nuestros hijos el respeto por el descanso, o el simple hecho de que deben tener su propio espacio sin molestar a nadie.
La educación es primordial, así que estas reglas pueden ser muy útiles para conseguir que el verano sea bueno tanto para ellos como para nosotros.
Entender la necesidad de los niños de hacer cosas
Todos hemos sido niños y
hemos pasado por esas largas tardes de verano donde el aburrimiento parecía no tener fin. A esas edades, decirle a un niño que se esté quito o tranquilo es una misión imposible. Todos quieren hacer cosas. Si no pueden salir a jugar o a bañarse en el mar o la piscina, querrán estar entretenidos en casa, a salvo del calor.
No podemos esperar que estén todo el día sentados en el sofá sin hacer nada. De hecho, debemos entender esa necesidad de estar activos y aprovecharla para “cansarlos” con actividades físicas,
para que gasten así toda su energía.
Armarnos de mucha paciencia
La misma que hemos de tener a lo largo de todo el año, pero con un punto extra para
aguantar el mayor número de horas que pasaremos junto a nuestros hijos. Está claro que hay niños de todo tipo y no todos son tan revoltosos, pero seguro que llegarán momentos en los que perdamos la paciencia con ellos.
Hay que saber mantenerse firmes en las decisiones y tratar de no discutir demasiado, porque eso solo llevará a más problemas. Son niños y no entienden algunos conceptos más adultos, así que hay que saber transmitírselos de una forma más sencilla.
Buscar actividades para toda la familia
El verano es el momento en el que
toda la familia tiene más tiempo para estar junta, así que en lugar de quejarnos tanto por eso, deberíamos aprovecharlo.
Preparar actividades para todos hará que las relaciones familiares se estrechen. No estamos hablando solo de las propias vacaciones en las que vayamos a la playa o a la montaña, sino de
salir a cenar por las noches, al cine, a la piscina, a alguna excursión divertida en el fin de semana. Esto nos ayudará a estar más tiempo con nuestros hijos en un ambiente más relajado que el casero y disfrutar más de ellos.
Las mejores alternativas para entretener a los niños en verano
Hay
muchísimas formas de conseguir que nuestros hijos estén entretenidos en el periodo vacacional, algo que no solo hará que ellos se diviertan más, sino que evitará también nuestras molestias.
Podríamos hablar sobre la asistencia a campamentos de varias semanas, aunque eso ya serían casos extremos, ya que no podríamos disfrutar de nuestros hijos tampoco en vacaciones, y eso sí que sería algo irresponsable por nuestra parte.
No es necesario mandarlos tan lejos para que disfruten de un buen entretenimiento, como vamos a ver a continuación.
Mañanas de lectura
Conseguir
inculcar a nuestros pequeños la pasión por la lectura desde bien jovencitos es una de las mejores formas de educarles, ya que en los libros está todo el saber del mundo y disfrutar de ellos puede hacer que nuestros hijos estén mejor preparados en todos los sentidos para su futuro.
Adaptaremos, por supuesto, el tipo de lectura que vamos a ofrecerles a sus edades y gustos. No es recomendable ponerle por delante El Quijote a un crío de ocho o nueve años, pero empezar por la saga de Harry Potter o por algunos otros libros infantiles sí que puede ser un buen comienzo.
El niño se sumerge en el mundo mágico de los libros y se queda ensimismado durante horas.
Deportes y actividades físicas
Conseguir que los niños hagan deporte en verano puede ser una buena solución para que no pierdan la forma a una edad temprana, y sobre todo, para gastar todas esas energías que suelen tener y que estén el resto del día más tranquilos.
Existen escuelas deportivas durante el verano, donde los niños pueden realizar actividades físicas de todo tipo, sobre todo por las mañanas.
Apuntar a nuestro hijo a natación suele ser también una idea más que acertada, ya que a los niños les encantará disfrutar de la piscina en esta época del año y se refrescarán mientras hacen deporte.
Jugar con ellos al baloncesto, al fútbol o a cualquier otro deporte unirá también lazos entre nosotros y ellos a través del juego.
Convertirlo todo en un juego con recompensas
Desde lavarse los dientes hasta recoger la habitación, cuidar de las mascotas o terminarse toda la comida.
Crear un sistema de puntuación, como un juego, en el que cada cosa que haga bien supongo un punto extra con una recompensa final por haber sido bueno es uno de los sistemas que mejor han funcionado siempre con los niños. Les enseñas a hacer las cosas bien, les acostumbras a llevar a cabo determinadas acciones como algo habitual y además los mantienes entretenidos.
Esto funciona mucho mejor con los niños más pequeños, aunque podríamos adaptar tanto las tareas como la recompensa según la edad, también con los más mayores.
Juegos de mesa, diversión asegurada
Los juegos de mesa gustan a todos y son una solución magnífica para mantener entretenidos a los más pequeños, e incluso para jugar con ellos y apretar más nuestra relación. A través de estos juegos de mesa
los niños aprenden que hay reglas que deben cumplirse, aprenden también a ser competitivos y ambiciosos, pero igualmente, a saber ganar y perder. Desde el parchís a la oca, pasando por las cartas o incluso el ajedrez,
estos juegos permiten mantener a los niños con la mente abierta y curiosa a la vez que se entretienen. Es cierto que muchos preferirán los juegos electrónicos y las videoconsolas, pero si conseguimos inculcarles el amor por estos juegos de mesa, estaremos dándoles diversión durante horas.
Televisión sí, pero solo la adecuada
Una de las fórmulas más habituales para mantener a los niños (y en consecuencia también a los padres) tranquilos durante las vacaciones es
dejarles sentados en el sofá viendo la televisión durante horas. Esto puede llegar a ser contraproducente no solo por la falta de actividad física que supone, sino también por el propio hecho de que en ocasiones,
los niños puedan ver programas no adecuados para ellos, especialmente en la franja de la tarde-noche. Les dejaremos ver la tele un buen rato cada día, aunque eso sí, controlando todo lo que ven para estar seguros de que es adecuado.
Tener una buena colección de películas infantiles y familiares siempre suele ser también una salvación para esos momentos de aburrimiento.
Con amigos siempre es mejor
Todas
las actividades que tengamos preparadas para nuestros hijos serán mucho más interesantes y divertidas si traemos a cualquier amigo o amiga para jugar con ellos. Es cierto que eso puede suponer algo más de trabajo para nosotros, pero será un verdadero seguro contra el aburrimiento.
Dejarlos a su aire, pero controlándolos sin separarnos demasiado, sobre todo si son más pequeños, puede ser la mejor solución para cuando haya más niños en casa. Eso significará también que los padres de los otros amiguitos también inviten al nuestro a sus casas, con todo lo que eso supone de tiempo libre para nosotros, mientras sabemos que ellos están entretenidos. De hecho,
en ocasiones los padres de las pandillas de niños se van turnando para que cada día estén en la casa de uno de ellos para jugar, y así poder estar tranquilos el resto de la semana, sabiendo que además sus hijos están en buenas manos.