El ser humano lleva desde siempre siendo consciente de la fragilidad de su cuerpo. Somos criaturas mucho menos fuertes o poderosas que otros muchos animales con los que convivimos, pero gracias a nuestra inteligencia, hemos logrado adaptarnos al medio y transformarlo a nuestro gusto, para dejar de sobrevivir y empezar a vivir de una forma más cómoda y relajada. El cuidado del cuerpo siempre ha sido importante, pero en los últimos tiempos está siendo primordial, porque entendemos que nuestra piel no es solo el envoltorio de todo lo demás, sino una muestra de cómo somos, de cómo estamos por dentro.
El cuidado de la piel lleva dándose siglos, seguramente milenios, con un propósito tanto de salud como de simple estética. Hoy en día, bombardeados como estamos por mensajes de “eterna juventud”, parece que todos debemos tener una piel perfecta y tersa, como si fuéramos eternamente jóvenes. Esto ya no es solo exclusivo del género femenino, aunque las mujeres siguen soportando el mayor peso en cuanto a esa carga de presión por mantenerse siempre estupendas. Los hombres también han empezado a cuidarse mucho más, sobre todo en épocas como el invierno, en las que el frío hace estragos en nuestro cuerpo.
Los peligros del frío para nuestra piel
Si bien es cierto que en la mayoría de zonas de nuestro país el clima suele ser templado durante el invierno al menos en comparación otros sitios más al norte, con temperaturas casi siempre por encima de los 0 grados, hay días en los que el frío se nos cala hasta los huesos, y es imposible no sentirlo, por más abrigados que vayamos. Protegerse es importante, desde luego, porque los peligros del frío sobre nuestra piel son bastante evidentes, sobre todo si nos exponemos a él sin ningún tipo de protección.
Problemas con el frío en los pies
El calor llega desde abajo, y si tenemos nuestros píes fríos, esa sensación se expandirá a todo el cuerpo. Por eso conviene ir siempre bien ataviado con calcetines lo suficientemente gruesos como para mantenernos calientes allí abajo, incluso poniéndonos un par si es necesario, y con unos pantalones que hagan esa misma función de protección. En cuanto al calzado, si vivimos en una zona donde suele llover mucho, lo mejor es comprarnos unas buenas botas de agua o al menos calzado impermeable. Si se nos mojan los zapatos, el frío está asegurado y eso puede llevar a un resfriado como mínimo.
Las manos se agrietan
Es seguramente uno de los perjuicios más importantes de exponernos a un frío considerable. Las manos suelen agrietarse muy fácilmente por el frío y eso puede dar lugar no solo a molestias y dolores directos, sino también a problemas más graves que afecten no solo a esa parte del cuerpo, sino al resto del organismo. La circulación sanguínea se puede ver afectada de manera directa por ello, por ejemplo. La mejor solución, llevar siempre unos buenos guantes, aunque habrá momentos en los que por el trabajo o por cualquier otro motivo tendremos que enfrentarnos con el frío sin nada de protección.
Daños también en el rostro
Si hay una zona que casi debemos exponer por obligación es el
rostro. Bien es cierto que con
los gorros y las bufandas a veces solo tenemos que mantener al descubierto nuestra nariz y nuestros ojos, pero aun así,
en la mayoría de casos no vamos tan bien protegidos, y si hemos de enfrentarnos a un frío potente, nuestro rostro lo notará. La piel puede sufrir daños y agrietarse, como en el caso de las manos, aunque es cierto que ese frío no llegará a tanto en el resto del cuerpo.
Soluciones para cuidar nuestra piel del frío
Algunas más obvias, otras menos populares, lo que está claro es que si vivimos en un lugar donde el frío se hace omnipresente durante buena parte del año, debemos estar bien preparados para enfrentarnos a ello, si queremos que no nos afecte tanto a nuestra salud. Aquí te dejamos algunas soluciones que suelen funcionar para evitar que el frío haga estragos en nosotros. Con un poco de suerte, incluso te libras del típico resfriado que casi todo el mundo coge en estas fechas.
Ir siempre bien abrigado
Es lo más natural, lo más obvio, pero también lo más importante. La ropa, más allá de ser un artículo de moda en estos días, sirve precisamente para eso. Las primeras prendas humanas fueron concebidas como protección contra el frío. Hoy en día, entre chaquetones, abrigos, guantes, bufandas, gorros, chaquetas y demás, ninguno de nosotros debería pasar frío durante el invierno, por más que bajen las temperaturas. Existen también prendas especiales, llamadas térmicas, que conservan mucho mejor el calor corporal para que no sintamos el frío que hace más allá de las prendas.
Cuidado con los cambios bruscos de temperatura
A nuestra piel no solo le afectan el frío o el calor, sino un cambio muy brusco entre ambas, que puede hacer que sufra mucha más. Por eso, lo más aconsejable nada más llegar desde el exterior a un sitio donde haga calor es calentarnos poco a poco. Acercarnos a esa fuente de calor, ya sea una chimenea o la propia calefacción, todavía con la ropa de abrigo puesta e ir quitándonos lo que nos sobre, pero muy poco a poco. Ocurre un poco lo mismo que en verano, cuando los cambios bruscos del aire acondicionado al calor de fuera pueden provocarnos problemas.
Productos para el cuidado y la protección de nuestra piel
No sabemos si estás acostumbrado o acostumbrada a
utilizar ese tipo de cremas especiales que protegen tu piel, en especial tu rostro y tus manos, del frío intenso. No se trata de mantenerlas bonitas, como con otros muchos cosméticos, sino de
ayudar una protección extra que muchas veces se vuelve imprescindible para poder realizar cualquier tipo de tarea sin congelarnos en el intento. Seguiremos pasando frío, pero al menos nuestras manos y nuestro rostro estarán mucho más protegidos contra el mismo, y lo notaremos.
Cremas y otros productos para protegernos frente al frío
Queremos hacer énfasis en la especial importancia que tienen estos productos que podemos comprar para protegernos del frío extremo, y eso no quiere decir solo para aquellos lugares donde hagan temperaturas muy bajas, sino también, por ejemplo, para las personas que tenga que limpiar en casa y estén lidiando con agua fría y productos químicos de todo tipo, que pueden afectar el doble a nuestras manos. Aquí te ofrecemos algunas alternativas que pueden ayudarte a combatir ese problema, para proteger tu piel de los estragos de ese frío.
Wake Up Clean de Garnier
Se trata de
una crema ideada por una de las firmas más importantes dentro del mundo de la cosmética, basada en el principio de hidratación y protección para nuestro rostro. Se recomienda su uso de idea, aplicada nada más despertarnos.
Nuestra piel no solo estará más protegida, sino que también combate el efecto de la fatiga, lo que permite luchar contra la aparición de las arrugas. Se puede conseguir en casi cualquier centro comercial, y también en
éste enlace, por menos de
9 euros el frasco, un precio razonable para este tipo de productos.
Sara Simar crema para manos secas y agrietadas
Porque a veces,
incluso cuando tratamos de esforzarnos por proteger nuestras manos de este tipo de daños, al final los sufrimos de una u otra manera. Por suerte, no son irreversibles, y para esos está
la crema de manos Sara Simar, que
nutre y regenera el tejido de nuestra piel en ese lugar, sobre todo si está dañado. Tiene principios hidratantes y regenadores, y además cuenta con un
efecto de absorción masiva, para no dejar ese molesto toque de grasa al aplicarla. Una buena solución tanto para el antes como para el después.
Crema de manos de Neutrogena
Si hay una marca que se ha hecho presente en este tipo de productos, esa es
Neutrogena. Gracias a su popular
“fórmula noruega”, la misma que utilizan supuestamente los pescadores y trabajadores del país nórdico, donde evidentemente el frío es mucho más extremo que aquí, Neutrogena se ha ganado
una buena fama en sus cremas protectoras e hidratantes. El
bote básico sigue siendo una de las mejores opciones a la hora de protegernos del frío intenso y extremo.
Su éxito es indiscutible, por el buen trabajo que esta crema realiza en todos los entornos.
Crema Luminosa Hydra Complex
Porque
hidratar y cuidar la piel no significa que no podamos también embellecerla y aportarle belleza y luminosidad, como hace esta crema todo en uno de
Hydra Complex. Es casi como un tratamiento de spa en casa, algo que podemos llevar a cabo por nosotros mismos, a diario, para
mantener nuestra piel cuidada y sana, además de hidratarla correctamente. Está especialmente pensado para pieles secas o agrietadas, pero en realidad sirva para cualquier tipo de piel.
No solo protege, sino que también aporta un toque de antiarrugas que puede venir muy bien a partir de cierta edad.